El equipo de Fernando Currás se enredó en el "otro fútbol" que propuso el Silva y perdió el primer partido de la temporada delante de sus aficionados
O Couto ya no es un fortín. No parecía la tarde para perder esa condición, pero el Silva aguó el Entroido a la UD Ourense y le endosó la primera derrota de la temporada delante de sus aficionados. Dos guiones muy distintos frente a frente, con los herculinos sabiendo imponer el suyo. Pérdidas de tiempo, juego de contacto (y de choque) y permisividad arbitral. Mientras, los locales se enredaron en batallas estériles y se olvidaron de la guerra. El 0-2 final dejó un sabor amargo, atenuado en parte gracias a los resultados de los rivales por los puestos altos.
Empezaron los ourensanos queriendo. Vieytes mandó alto un balón franco en el minuto 4 que sirvió como aviso. Un par de aproximaciones más de un equipo que quería dominar, pero que se encontró con una "bofetada" de un Silva con recursos ofensivos. Minuto 12, centro desde la derecha y Aarón Sánchez remata de cabeza en área pequeña para poner el 0-1.
Y pudo ser peor. De nuevo el extremo coruñés, uno de los jugadores más en forma de la categoría, ganó la espalda a Josu pero su disparo lo desvió Pato in extremis a saque de esquina. Fiarlo a las contras le estaba saliendo bien a los visitantes.
La UD Ourense buscó asentarse. Lo consiguió. Rubén Durán probó sin fortuna desde la frontal y, en el minuto 28, Marquitos pegó un zurdazo que se fue cerca de la escuadra de Damián. El meta del Silva, por cierto, protagonista de la tarde por sus continuas pérdidas de tiempo y sus importantes paradas a Fran. Por partida doble privó al centrocampista rojillo de marcar antes del descanso.
Doble cambio
A pesar de ese arreón final, Fernando Currás movió el banquillo en el descanso. Apostó por David y Adrián Vaz para ganar peso ofensivo. Y nada más comenzar, Marquitos y Hugo tuvieron una doble ocasión que se quedó en nada.
Apretaban los ourensanos, con más precipitación de la deseada, eso sí. Una falta sacada por de Rubén Durán que se envenenó y despejó Damián y un lanzamiento muy flojo de un voluntarioso Marquitos, fueron las acciones más destacadas en ese tramo de partido.
Porque empezaron a sobrar los nervios y a escasear la tranquilidad según avanzaba el cronómetro. Los locales buscaban el juego directo a Hugo García pero el delantero tuvo que soportar un marcaje que sobrepasaba lo pegajoso. La defensa coruñesa pegaba antes de preguntar y eso encendió los ánimos de jugadores y aficionados de la UD Ourense. Más todavía cuando, en el minuto 83, protestaron un penalti por mano tras un disparo de Hugo. Sigan, sigan dijo el colegiado.
Tensión y sentencia
Los últimos diez minutos fueron un alegato a la tensión. Los ourensanos querían el mal menor del empate, mientras que los coruñeses seguían con el plan previsto. Una fórmula que les permitió sentenciar. Otra cabalgada de Aarón Sánchez que definió por bajo ante Pato Guillén ya en el tiempo de prolongación.
Nada más que contar. Una última ocasión de Adrián Vaz ya sirvió para poco. Los aficionados rojillos ya desfilaban rumbo a la salida. Por primera vez en el curso, se marchaban de vacío. Frenazo a la UD Ourense, menos duro viendo los resultados que se dieron en los partidos adelantados de la jornada. Tocará aprender. Saber jugar al "otro" fútbol es una asignatura obligada que se tiene que aprobar en junio.
