El Pabellón juvenil cayó en el estadio Miguel Ángel ante el Marina Sport y es colista en la División de honor al sufrir la quinta derrota consecutiva
La vida sigue igual'. Es el título de la canción más escuchada esta temporada en el estadio Miguel Ángel por los seguidores del Pabellón de la División de honor juvenil de fútbol. Por desgracia para ellos, y para el fútbol base provincial, ese 'igual' es sinónimo de mal. Y es que los pabellonistas cayeron ayer por 0-2 ante el Marina Sport en un duelo directo y acumulan cinco derrotas consecutivas y ocho jornadas sin ganar lo que le llevan a la cola de la clasificación.
Lo peor no son los siete puntos a los que tiene la permanencia si no la sensación de impotencia ante sus rivales. Por el momento está sin atisbo de reacción. No se le puede achacar negligencia o desidia al equipo del tándem García-Figueiredo, porque trabajar, el equipo trabaja; tampoco se puede decir que esté exento de calidad, porque aunque no le sobra tampoco tiene déficit, pero el equipo está tan mermado y tan falto de confianza que no le llega para luchar por los partidos. El déficit, además de los puntos, está en la veteranía, la contundencia y la concentración. Ayer el Marina Sport fue superior al Pabellón pero lo que sirve para hacer caja, los goles, los regaló el equipo local: el primero, un mazazo al borde del descanso, al no despejar un saque de esquina al primer palo, y la sentencia, en el 81, por no enviar al Miño el balón en una acción en la que la defensa siempre debe tener ventaja.
El conjunto cántabro salió con dos marchas más y a los 15 minutos ya había tenido cuatro opciones claras de gol: en el 9 un centro lateral no encontró rematador por centímetros, en el 10 el central Carlos salvó con la puntera un centro que llegaba al '9' del Marina que estaba solo en el punto de penalti, en el 13 Sergio remató libre de marca a las manos del portero el rechace de una falta desde la medular y en el 15 otra acción a balón parado sin despeje fue culminada a la red por Rodri aunque el asistente de Tribuna lo anuló de forma 'más' que rigurosa.
Resistido el arreón inicial visitante el Pabellón se fue desperezando. El balón comenzó a circular por la medular y llegaron 10 minutos para la esperanza. Langa pudo por fin repartir juego y llegaron las opciones de Rivero y Carlos Villar, aunque mayoritariamente a balón parado. Rivero ejecutó una falta desde 30 metros y el bote dificultó el despeje del meta cántabro, mientras que el central Llena envió al lateral de la red el rechace. Rivero lo intentó de nuevo con un remate lejano que se marchó fuera y la más clara de los locales fue un perfecto pase de Rivero a Carlos Villar en el 37 que remató para el lucimiento del meta Miguel.
Fue el momento del partido para el Pabellón pero no logró sacar tajada y lo pagó porque en la enésima concesión en defensa significó el 0-1 al permitir en un saque de esquina una prolongación en el área pequeña y hasta dos remates del central Toral para poner por delante a los visitantes.
Más de lo mismo
La segunda mitad no varió el guión del partido en exceso si bien es cierto que con ventaja en el marcador el Marina Sport cedió metros aunque ante un rival al que con prisas no consigue su mejor versión. Susto inicial, y grave, pues una nueva indecisión en defensa a punto estuvo de costar el segundo.
Fue la última de los cántabros antes de definir el partido. Dos dispuso el Pabellón. La más clara en el 50 en una falta que peinó Alex y que con apuros sacó el portero. La otra fue un pase entre líneas que a punto estuvo de llegar a su destino.
Todo se cerraría con el nuevo regalo de un Pabellón que necesita reaccionar desde hace tiempo.
