El Pabellón sigue haciendo crecer su récord negativo y desde el seno del club ourensano no hay visos de realizar cambios
Todas las rachas, tanto positivas como negativas tienen un fin, aunque la del Pabellón parece sacada de un cuento de terror.
Después de acumular la duodécima derrota en otras tantas jornadas de competición, de llevar tres victorias en los últimos 34 encuentros oficiales y de quedarse esta jornada como único equipo de los dos grupos de la Liga Femenina 2 que no sabe lo que es ganar (el Almería del grupo B, se impuso esta semana al Alcobendas), todo sigue igual en el club ourensano.
Como si no fuese con ellos, la directiva, principal responsable de esta intolerable situación, sigue sin mover ficha en ninguno de los campos posibles y guarda silencio semana tras semana mientras el equipo se hunde irremediablemente en la clasificación.
Porque 12 derrotas seguidas son demasiadas como para seguir mirando hacia otro lado. Escudados en la falta de presupuesto, el Pabellón vaga sin rumbo en la Liga Femenina 2, y tras caer por casi 34 puntos el fin de semana pasado ante el Ensino y por 25 ante Badajoz hace dos, este es el turno de recibir en el frío y lleno de condensaciones (otro tema para debatir con calma, el estado de la cancha) pabellón de Os Remedios al Aros de León, uno de los equipos revelación de esta temporada.
Las leonesas, que cuentan con la máxima anotadora de la liga, la americana con experiencia en competición europea, Aulani Sinclair, serán un rival verdaderamente incómodo que ya venció a las ourensanas en la primera vuelta por 27 puntos. Antes de iniciarse la segunda vuelta el objetivo eran las tres victorias que darían la salvación matemática. Su técnico, Benjamín Rodríguez se mostró confiado en una reciente entrevista, pero a tenor de los resultados de las últimas semanas comienza a resultar utópico ver acercarse las victorias, aunque todavía queden diez partidos por disputar.
La pelota está en el tejado del club. El equipo necesita recursos y la directiva debe hablar para justificar esta insostenible situación, para bien o para mal, sin paños calientes.
Diez partidos, diez finales para salvarse de lo que ya es un desastre.
