El Ourense CF juega de memoria. Ante el Compostela, al que derrotó por dos goles a cero, y visto el partido, el resultado se antoja incluso corto, nueva muestra de que el equipo de Rubén Domínguez va a jugar la promoción de ascenso a Primera Federación seguro y, a nada que se despiste el Pontevedra, le va a pelear el liderato hasta el final de la competición.
Ante el Compostela, que fue una caricatura en manos de los ourensanos y que no inquietó a Marqueta en los 96 minutos que duró el partido salvo en ocasiones aisladas, los locales sumaron la décima victoria en casa, que se dice pronto. Pero es que además la lograron dando una imagen de solvencia, sobriedad, seriedad y manejo del partido a su antojo. Y sobre todo, poniendo un ritmo de juego tan elevado que hace a los rivales peores de lo que en realidad son.
Pronto avisaron los locales, que desde el principio dejaron claro que las bandas, con Hugo Sanz y Alberto Gil, por la izquierda y Andrada y Álex Gil, por la derecha, son un quebradero de cabeza para los rivales. Así, a los doce minutos llegó el 1-0. Galopada de Fernando Andrada, que cede para Álex Gil, que se la devuelve, y el sevillano no perdona. El primer disparo lo salvó el defensa Euse, pero el segundo lo mandó al fondo de la red. Partido encarrilado y de cara.
Lejos de conformarse y contemporizar, los ourensanos fueron a por el segundo y tuvieron ocasiones de sobra para hacerlo. Un remate de Facu Ballardo se le fue fuera por poco y en el tramo final, dos muy claras. La primera, en el 40 fue triple. El primer remate de Facu Ballardo lo salvó con un paradón el Pato Guillen, el rechace lo cazó Hugo Sanz, pero de nuevo entre el Pato y el poste evitaron el tanto. Y el tercer intento de Alberto Gil lo mandó a corner el meta del Compos. En el 43, nuevo centro de Hugo Sanz, que remató el debutante Diego Rodríguez y que volvió a salvar Pato Guillen, le cayó la pelota a Álex Gil que a un metro de la línea de gol la mandó arriba.
Se esperaba un paso al frente de los de Míchel Alonso, pero pese a los cambios, no llegó. Y sí el segundo gol local.
La sentencia
Avisó Álex Gil con un remate solo que mandó fuera y en el minuto 69 Alberto Gil no perdonó. Cogió una pelota en tres cuartos, se fue de su rival y la mandó al fondo de la portería. Quedaba mucho partido, pero todos sabían que el partido no se le iba a escapar a los ourensanos y que aún pudieron aumentar el marcador si el buen disparo de Gabri Palmás en el 74 no lo devuelve el palo de la portería santiaguesa.
Al final, tres puntos más para los de Rubén Domínguez que siguen, apretando al Pontevedra, que tampoco falló en su visita a Guijuelo y ambos se quedan en lo más alto empatados a puntos.
