FÚTBOL | TERCERA DIVISIÓN

Tres puntos de nivel para el Arenteiro ante el Ribadumia

Arenteiro
Arenteiro
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Ribadumia
Ribadumia

El Arenteiro sigue creciendo. Con paso firme y seguro. Lo hace después de derrotar al Ribadumia por tres golea a uno.

Una victoria de prestigio, de pedrigrí, de casta y de orgullo y que deja muy claro, una vez más, que en Espiñedo, con una afición que empuja lo suyo, a los rivales les cuesta dios y ayuda llevarse la victoria.

Ante el Ribadumia otra demostración de que el equipo verde tiene mucho carácter, mucho amor propio y que el esfuerzo no se negocia. El que no lo tenga claro, que vaya aprendiendo la lección. Y así, a lo tonto, los verdes tienen 21 puntos cuando se llevan disputadas doce jornadas de competición.

Dicho esto, también se debe decir que ganar al Ribadumia costó mucho. Hubo que tirar de pico y pala. Aunque eso lo tienen asumido. Por que los pontevedreses son un buen equipo, con buenos peloteros y con buen trato de balón.

Y así lo demostraron desde el primer minuto. Y con el primer aviso que fue para Cheri, que se encontró con un balón en el área y solo, pero que mandó alto. La réplica de los locales fue obra de Rubén Arce, que hace kilómetros sobre el verde de Espiñedo como si le fuera la vida en ello.

Cuando pasaba un minuto de la media hora llegó el golazo del partido. Arce se fue por su banda y puso un centro medido al segundo palo donde entraba Pana que no se lo pensó y enganchó una volea que se fue a la escuadra de Iván Parada. Partido encarrilado, de cara y que no se podía escapar.

Pero el Ribadumia aún tenía mucho que ofrecer. Y lo hizo. A los cuatro minutos de la reanudación una internada de Hugo Soto la finalizó Cheri de cabeza y puso el empate en el marcador.

A partir de ese momento, partido de ida y vuelta. En el 58 Dani Chimpin adelantó a los locales gracias al lanzamiento de un penalti que, una vez más, forzó Rubén Arce (2-1).

Minutos de locura

El encuentro entró en la locura colectiva y del minuto 67 al 70 el público enloquecía. Primero perdonó el tercero Igor Sevivas, que tras regatear al meta Iván Parada y cuando solo tenía que empujarla a la red se escoró demasiado y se quedó sin campo. Minuto siguiente, casi lo mismo para Carlos de Dios, que tampoco pudo finalizar, ni el, ni Arce que recogió el rechace.

El Ribadumia tuvo las suyas. Fran Fandiño puso a prueba a Pachi que resolvió bien el disparo que iba a de gol. Lo mismo en la puerta contraria, pero esta vez con Parada salvando el gol de Sevivas. Fin a los tres minutos de locura. Antes del tercero local, Pachi y el larguero salvaron el empate y en el descuento, Sevivas desató la locura. 3-1 y para casa, pero con la satisfacción del deber cumplido

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