Los locales jugaron tras la expulsión de Pato con un 4-3-2 como sistema, con Jona e Iván González en punta

La valentía del Ourense no dio esta vez fruto

Hay partidos en los que cualquier intento de variar la dinámica es muy difícil, o incluso imposible.
Ayer, el de O Couto, fue un buen ejemplo de ello. Un equipo al que le gusta circular el balón con criterio tiene varios enemigos. Dos de los principales son el buen hacer del rival y el estado del terreno de juego, y ambos jugaron ayer en contra del equipo de Luisito. El Caudal es un equipo poco realizador pero tampoco encaja demasiados. Su planteamiento inicial fue muy claro, pertrecharse en defensa y esperar al rival. Es lo que mejor sabe hacer y en ello es un alumno aventajado. El oficio de los asturianos en defensa fue suficiente para que el Ourense no lograra combinar como en él es habitual. Las llegadas por banda fueron escasas y por el centro la zaga del Caudal siempre tuvo ventaja. El lamentable estado del terreno de juego lo puso todavía un poco más difícil, haciendo resto.

Con la expulsión de Pato, el sacrificado para la entrada del meta suplente Manu Táboas fue Borja Valle. Con 0-1 en contra y un futbolista menos el sistema de Luisito fue igual de ambicioso que siempre, un 4-3-2 que siguió sin dar resultado. Tras la expulsión de Jaime Noguerol fue el ariete Jona el que se quedó como jugador más adelantado. Aún así, Luisito lo intentó, metiendo a Sanginés por el 'tocado' Claudio. Pero la superioridad numérica del Caudal fue demasiado para el conjunto ourensanista.

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