Bahrein, un debutante condenado a un mero papel de comparsa

Tan sólo el afán de la Federación Internacional por extender los tradicionales límites geográficos del balonmano justifica la presencia de la débil selección bahrainí en un Campeonato del Mundo, en el que el conjunto árabe difícilmente podrá escapar del papel de comparsa que se le presupone.
Javier VillanuevaLa endeblez del equipo dirigido por el danés Ulrik Kirkely hace imposible pensar que la selección de Bahrein, que debutará en Suecia en un Mundial, pueda eludir la última plaza en un grupo en el que compartirá cartel con los tres últimos campeones - España, Alemania y Francia- del Mundo.

Aunque la simple presencia en un Campeonato del Mundo es ya todo un éxito para el pequeño país del Golfo Pérsico, en el que el balonmano apenas puede competir en popularidad con otros deportes.

Un milagro con un guión digno de película, en el que tuvo un papel estelar el veterano capitán Saeed Jawhar, autor de uno de los goles más increíbles de los últimos años y, sin lugar a dudas, el más importante en la historia del balonmano bahrainí.

Con empate a veinticinco en el marcador, siete segundos para la conclusión y dos jugadores menos sobre la pista, todo parecía perdido para Bahrein, condenado a una nueva derrota ante el eterno rival, Arabia Saudí, que tan sólo debía aprovechar su última posesión para acceder a la gran final del Campeonato de Asia.

Sin embargo, el errático lanzamiento del conjunto saudí permitió que el balón, tras rechazar en el cuerpo del portero, llegase a las manos de Jawhar, que desde su campo y sin apenas tiempo, sorprendió al meta rival con un parabólico lanzamiento, que sirvió para establecer el definitivo 26-25 con el reloj ya a cero.

Un agónico gol que no sólo permitió a Bahrein disputar la gran final, en la que apenas pudo oponer resistencia a Corea del Sur, sino además lograr el billete mundialista, que le permitirá enfrentarse por primera vez en su historia con la elite.

Histórico resultado que los bahrainíes no pudieron emular el pasado mes de noviembre en los Juegos Asiáticos disputados en China, donde los pupilos de Ulrik Kirkely, de nuevo al frente del equipo nacional, tras el breve paso del montenegrino Pero Milosevic, tuvieron que conformarse con la sexta plaza.

Logro que tendrán imposible repetir en el Mundial de Suecia, donde Bahrein deberá conformarse con evitar marcadores demasiado abultados, en una primera fase en la que como señala el capitán Jawhar, 'sólo pueden prometer el máximo esfuerzo'

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