COPA DEL REY

El Barça calma los ánimos

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photo_camera Los jugadores del Barcelona celebran uno de los tantos. (EFE)

El equipo azulgrana goleó al Elche y encara su pase a los cuartos de final de la Copa en un momento delicado de la temporada

El Barcelona solventó con una goleada ante el Elche (5-0), que lo sitúa prácticamente en los cuartos de final de la Copa del Rey, una semana complicada en la que vivió en el diván, que se inició con una derrota en Anoeta y la destitución de Andoni Zubizarreta, continuó con un desencuentro entre Luis Enrique y Messi y terminó con un adelanto electoral.

Dos goles de Neymar, uno de Messi, otro de Luis Suárez y uno más de Jordi Alba certificaron el 5-0. En los últimos diez minutos del primer tiempo el Barcelona decidió virtualmente la eliminatoria, puesto que anotó tres goles, uno de cada uno de sus tres delanteros, en un partido que a partir de entonces no tuvo ninguna historia.

El partido fue un encuentro del Barça contra sí mismo y su ansiedad. Un ejercicio repetido esta temporada, en el que hasta el 1-0 los azulgrana se movían a base de fogonazos, sin elaboración del juego ni un patrón demasiado definido.

El 1-0 llegó en una rápida jugada de combinación al primer toque. La inició Messi, Sergi Roberto habilitó a Luis Suárez y éste a Neymar que marcó a puerta vacía.

Luis Suárez también fue decisivo en el 2-0. Sorprendió a su marcador con una finta, recortó a un defensa y batió cruzado a Tyton. Messi consiguió su vigésimo cuarto gol en otros tantos partidos de esta temporada el 3-0 al transformar un penalti cometido sobre Neymar.

En diez minutos el Barça lo había hecho todo, incluso marcar un gol mal anulado por el árbitro, después de una jugada ensayada bien culminada por Messi.

Y en los diez primeros del segundo tiempo, los azulgrana aumentaron la diferencia por medio de Jordi Alba, quien aprovechó una asistencia de Messi para marcar el 4-0, y de Neymar, quien firmó el 5-0 tras un disparo lejano.

Hasta el final, los azulgrana pudieron aumentar su ventaja. Más pendientes de los gritos en la grada, unos favorables a Luis Enrique, más coreando a Messi, el barcelonismo volvió a sentarse en el diván.

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