La expulsión de Brown al cuarto de hora del segundo tiempo cambió un partido en Glasgow resuelto con un gol de Cesc

El Barça, con mucho trabajo

Los jugadores del Barcelona celebran el gol de Cesc en la segunda parte en Glasgow. (Foto: BRIAN STEWART)
El Barcelona no permitió más alegrías en Celtic Park a su costa y se llevó un triunfo contra el Celtic (0-1) con un tanto de Cesc cuando el equipo escocés se había quedado con diez jugadores tras ser expulsado el capitán Brown por agredir a Neymar.
Al Barcelona le costó un mundo derrotar a un rocoso Celtic, no tuvo la pegada de otros partidos y se limitó a controlar el partido, agotar a su rival y cocinar a fuego lento una victoria que se trabajó con ahínco.

El fútbol del equipo azulgrana fue muy eléctrico en la primera parte, moviendo el balón con rapidez y con un sentido grupal para recuperarlo cuando lo perdía.

Antes que Neymar malograse la acción más clara de gol de los azulgrana, en el minuto 40, con un disparo que rozó el poste, se fue al suelo tras recibir un cabezazo fortuito de un rival y durante algunos minutos estuvo algo desorientado.

Volvió a la carga el Barcelona en el segundo tiempo, aunque sin la pegada que requería el momento para noquear a un rival que se limitó a encerrarse en su campo y en su área y buscar una salida airosa en un contragolpe.

El partido cambió cuando en el minuto 58 una carrera en solitario de Neymar fue interceptada por Brown, que le derribó y ya en el suelo le dio dos patadas. Expulsado.

Con uno más, el Barcelona se encontró delante a un equipo que fue un frontón y que se vino arriba en el minuto 73 con dos claras ocasiones, la mejor en una acción del recién entrado Forrest, cuyo disparo fortísimo fue neutralizado por Valdés. En el saque de esquina, el cabezazo de Mulgrew rozó el poste.

Entusiasmado Celtic Park, el jarro de agua fría llegó cuando cuando Neymar inició una contra para Alexis, que centró para el cabezazo de Cesc.

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