El Barça renace en el Clásico de baloncesto

El base argentino del Barcelona, Nico Laprovittola, trata de superar la oposión del pívot madridista Walter Tavares.
photo_camera El base argentino del Barcelona, Nico Laprovittola, trata de superar la oposión del pívot madridista Walter Tavares.
Los azulgrana, con un gran Vesely, ganaron el pulso al Real Madrid que sirve para aplacar las dudas con las que llegaban

El Barça ganó al Real Madrid en el Palau Blaugrana (83-78), en la jornada 18 de la Fase Regular de la Euroliga, en un Clásico caliente e igualado que Jan Vesely y Nico Laprovittola tiñeron de blaugrana, en un gran final de partido de un Barça que recupera la fe a costa de tumbar a uno de los mejores Real Madrid de los últimos tiempos y que, pese a la derrota, sigue líder destacado de la competición.

El Barça, que venía de encajar durísimas derrotas en Euroliga y Liga ACB, que vivía en un incipiente “chup-chup” -sobre todo su técnico, Roger Grimau-, se rehizo de todo y ganó más que un partido.

Este Barça puede y debe crecer a partir de esta victoria. De nada habrá servido oponer tanta resistencia ante el líder, ante el eterno rival, si en los próximos duelos vuelven a aparecer los altibajos y las desconexiones. Si Roger Grimau debe impregnar algo al equipo, de lo que fue como capitán, es la lucha y la intensidad que sus hombres sí tuvieron en el tramo final de este Clásico.

Y eso que empezó la contienda igualada, con un Real Madrid con un punto más sobre la pista, más conectado al duelo y consciente de lo que había en juego. Pero esa igualdad se rompió en un último cuarto (23-16) en el que el Barça llegó a ganar de +12 puntos (74-62) y gozó de un parcial de 16-0. Ahí el Barça puso las bases de un triunfo que, con una defensa férrea y gracias a un Palau Blaugrana clave, no dejó escapar.

Como el duelo de la primera vuelta de la Euroliga, que terminó con victoria blanca muy ajustada en el WiZink Center (65-64), este nuevo Clásico europeo estuvo igualado. En esta ocasión los blancos no pudieron despegar, con una renta máxima de +8 en la primera parte, y el Barça se aferró a la magia y fuerza del Palau para resistir, siempre por debajo pero cerca.

Momentos clave

A menudo se dice que un partido igualado se decide por detalles. Suena a tópico del que tiran entrenadores y jugadores para no explicar lo que quizá sea inexplicable. En el Palau, esos detalles tuvieron minuto, segundo, nombres y apellidos. En el arranque del último cuarto, justo cuando Nico Laprovittola anotó la primera canasta en juego e igualó el marcador a 62-62, el argentino se enganchó con Sergio Rodríguez.

Fue una jugada saldada con un parón para ver el instant replay y con dos antideportivas; una para cada uno. Pero ese rifirrafe entre los dos jugones hizo que el Palau Blaugrana explotara, viendo la repetición en directo en el vídeomarcador. Y Laprovittola, de sangre caliente, se creció a la par que un equipo blaugrana que se catapultó a su máxima, y a la del partido, con un 74-62.

Un parcial favorable al Barça de 16-0 que parecía romper la igualdad previa, con un estelar Jan Vesely confirmado ya, sucediera lo que sucediera, como mejor jugador blaugrana de la noche. Pero este Real Madrid, el mejor equipo del momento en Europa, no vende barata su piel y resistió, se puso a tocar zafarrancho de combate y enjuagó de nuevo la diferencia, todavía con un mundo por jugar en el Palau. Pero el Barça, este nuevo Barça que debería salir de este choque, no se dejó amilanar y, de lo contrario, se creció ante la adversidad para ganar.

Del resto de la jornada, el Baskonia ganó al Panathinaikos (75-73) y el Valencia Basket al  Anadolu Efes (93-88).

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