Messi rescató con un gol al equipo español cuando los inglese más apretaban en el inicio de la segunda mitad.
Un gol de Leo Messi mediada la segunda mitad resolvió la eliminatoria de octavos de final contra el Manchester City (2-1) y dio al Barcelona un mes más de crédito, el tiempo que, como mínimo, seguirá vivo en la Champions.
Sufrió el equipo del Tata Martino para cerrar un partido que jugó de más a menos y en el que pasó algunos apuros, especialmente al inicio de la segunda parte, cuando el conjunto inglés tuvo sus opciones de darle la vuelta a la eliminatoria.
Y eso que el Barça salió a tumba abierta, como si fuera él y no el City el que debía remontar. Quizá el partido en el que había que gestionar un 2-0 favorable no era el mejor día para exhibir una dosis extra de testosterona, para jugar más con el corazón que con la cabeza, pero el público del Camp Nou agradeció ese arranque enérgico de los suyos, con Messi enchufado como en sus mejores tiempos liderando, junto a Iniesta, las primeras acometidas azulgrana.
El City decidió frenar con patadas el dominio local. Una docena de faltas en la primera media hora sirvieron para templar el juego del Barça, a medida que el equipo británico se iba adaptando al guión del choque.
El Kun jugó pero no brilló mientras Milner encontró su sitio en la banda izquierda, fijando la marca de Alves y asociándose con Silva para sembrar casi todo el peligro inglés en los primeros cuarenta y cinco minutos.
El Barcelona pudo irse al descanso con ventaja, con un remate a bocajarro de Xavi y dos disparos de Neymar, uno que besó el exterior de la red y otro que Fernandinho sacó bajo palos con Hart ya batido.
El partido se rompió definitivamente tras la reanudación. Dzeko y Zabaleta pudieron marcar para el City, y Messi, en jugada personal, replicaba estrellando un balón al palo.
Empezaba a dar la sensación de que el partido era definitivamente del City cuando Messi llevó la tranquilidad con el 1-0 en el minuto 67.
El conjunto de Manchester se desinfló a partir de entonces, más aún cuando el árbitro, quizá por compensación, obvió otro penalti, esta vez de Piqué a Dzeko.
Luego llegaría el gol de Kompany (1-1) en el último minuto de partido, inútil salvo porque sirvió para volver a señalar al Barça, y el de la victoria, obra de Alves, en el tiempo añadido (2-1).
