Bragado marcha hacia el récord con hipoxia y escala en Bilbao

Jesús Ángel García Bragado
Jesús Ángel García Bragado, madrileño de 42 años, se convertirá el 11 de agosto próximo en el segundo atleta masculino de la historia que participa por sexta vez en unos Juegos Olímpicos, y para conseguir 'lo que le falta' ha pasado por una cabaña de hipoxia y se ha aclimatado en Bilbao.

Antes de él, sólo en angoleño Joao N'Tyambe ha logrado algo semejante, compitiendo en carreras que van desde el 800 al maratón.

'¿El récord de estar en seis Juegos? Sólo trato de prepararlos lo mejor posible y lo valoro como una nueva oportunidad de conseguir lo que me falta', declaró García Bragado, que repasó sus cinco experiencias olímpicas.

'Barcelona'92 (sus primeros Juegos, en los que fue décimo) los viví como un momento histórico para España. Los de Atlanta (abandonó) y Sydney (duodécimo) no fueron ninguna maravilla para mí, pero de los dos últimos sí tengo buenos recuerdos', precisó.

García Bragado fue quinto en Atenas 2004 y cuarto -el mejor resultado de todos los atletas españoles- en Pekín 2008. 'De alguna manera, es cierto que soy una historia viva del atletismo español. He vivido momentos importantes como los Juegos de Barcelona o el plan ADO. Soy un atleta de finales del siglo XX y principios del XXI y me he involucrado mucho en lo que he hecho'.

Su recuerdo olímpico más agradable procede de Pekín. 'Los disfruté porque todo el mundo decía que iban a ser los últimos para mí y porque llegué a la sede desde el principio, algo que no me había sucedido antes, y pude vivirlos enteros desde dentro. Además, con la edad se aprende a degustar las cosas'.

'Nadie daba un duro por mí en Pekín, y verme allí luchando por el podio me hizo disfrutar mucho. Porque en Atenas 2004 tuve posibilidades de medalla, pero estaba frustrado al ver que se me escapaban a mitad de prueba, con dos avisos'.

'En Atenas tuve que asegurar el diploma. Si arriesgaba, igual me descalificaban. Pero era una posibilidad real de medalla, porque al ruso Aleksey Voyevodin (bronce) lo tenía a tiro, a menos de 100 metros, mientras que en Pekín los tenía a cuatro minutos'.

Su peor recuerdo olímpico data de Sydney 2000. 'Llegué sobreentrenado, después de una estancia en Adelaida, por competir con los otros españoles. Fui un poco pardillo y llegué a la competición sin energías. La parte final se me hizo muy dura, me costó terminar (acabó duodécimo).

Con respecto a su preparación para Londres, García Bragado confiesa que tiene 'la sensación de cansancio que corresponde a un mes antes de la competición' y señala que aún le quedan 'dos semanas duras antes de bajar la carga para obtener la sobrecompensación'.

'Desde enero me estoy mentalizando mucho de que tengo poco que perder. He arriesgado bastante. Pasé veinte días al mes en el CAR de Sant Cugat, durmiendo en una cabaña de 3x3 metros en condiciones de hipoxia, al 13 por ciento de oxígeno frente al 21 que es normal en el aire, en condiciones equivalentes a 3.700 metros de altitud'.

García Bragado nunca había recurrido a este sistema 'de forma tan agresiva'. Había utilizado la tienda de hipoxia, pero con un porcentaje de oxígeno más alto.

Para adaptarse al clima londinense recurrió a Bilbao. 'En Londres está lloviendo lo que no ha llovido en cien años. A partir de junio dejé la hipoxia y ahora he estado en Bilbao trabajando con Xabier Leibar, un experto en test de lactatos, para ver el ritmo que uno puede tolerar. En Bilbao he estado en condiciones parecidas a las de Londres en cuanto a temperatura y humedad'.

Para valorar su actuación en la capital británica, Bragado establece cinco grados: 'el aprobado sería terminar. El año pasado, en mi último Mundial, no esperaba acabar descalificado. He trabajado la técnica para adaptarme a los gustos de los jueces. El notable seria llegar entre los diez primeros; el diploma sería notable alto; sobresaliente sería pelear por el podio, y el diez, la medalla'.

'Estoy en ritmos de mis mejores marcas, y si después de 15 años puedo hacer marca personal (ahora es 3h39:54, de 1997), apaga y vámonos. Creo que puedo estar en 3h40, a un ritmo de 4:20 ó 4:25 el kilómetro'.

No piensa escenificar una retirada en regla. 'No voy a hacer un anuncio solemne después de Londres, llegar delante de la prensa y decir que me retiro con lágrimas en los ojos. Voy a seguir entrenando y el tiempo dirá. Lo que no estoy dispuesto es a hacer lo de este año. Quiero estar con mis hijas, tomármelo de otra manera'.

Al hablar de las opciones españolas, afirma que no quiere 'hacer de poli malo' pero advierte que el atletismo 'es muy medible, que se ve, que hay gente con mínima A y gente con mínima B'.

'El atletismo es el segundo deportes más subvencionado en España y ¿qué hacemos? ¿asumimos que vamos a ganar cero medallas? En natación tocamos fondo hace cuatro años pero ha habido una renovación a nivel de técnicos, algo que no se ha producido en el atletismo. El Comité Técnico es un parque jurásico, pero más que por la edad, porque no hay innovación'.

'En 1992', recuerda, 'entrenábamos con José Marín en un polígono de Montcada y Reixac. Jamás he vuelto a pisar por allí porque no me parece adecuado. Sin embargo, Marín no se ha movido de allí. Al presidente de la Federación, Odriozola, se le llena la boca de la palabra decepción, pero acaba haciendo siempre lo mismo, llevar a todos los que tienen mínima, aunque la hayan hecho hace 18 meses'.

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