Djokovic nuevo número uno

El serbio logró su segunda victoria en Wimbledon y consigue los puntos necesarios para arrebatarle el liderato al Mundial

El serbio Novak Djkovic conquistó ayer su segundo Wimbledon y se alzó como número 1 del mundo al derrotar en una apasionante final al suizo Roger Federer, siete veces campeón del torneo, que llegó a salvar una bola de partido para forzar el quinto set (6-7 (7), 6-4, 7-6 (4), 5-7 y 6-4, en tres horas y 56 minutos.

A punto de cumplir 33 años, el suizo saltó ayer a la pista central de Wimbledon consciente de que quizás era una de sus últimas oportunidades de añadir otro gran torneo a su imponente currículum. Entre él y su octavo Wimbledon se interponía sin embargo un tenista temible, más peligroso si cabe porque llegaba con el orgullo herido tras haber perdido la final en tres de los cuatro últimos "majors".

El helvético, con un solo gran torneo en los últimos cuatro años, era sobre el papel la parte débil del cruce, mientras que Djokoivc se presentaba como el favorito.

Con una cinta en el pelo similar a la que llevaba cuando ganó su primer torneo, en Milán hace trece años, aunque sin coleta y de riguroso blanco, Federer salió a su cita con la historia con cierta ansiedad.

En cuanto Djokovic acertaba a devolver un resto, Federer se abalanzaba sobre la red para rematarle lo antes posible. Lo hacía sin embargo con excesiva precipitación, porque enviaba fuera bolas fáciles que ni siquiera había dejado botar en la hierba, ya desgastada tras dos semanas de torneo. Bajo la mirada de el príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Catalina, que presidían el palco de la pista central, Djokovic se mostraba por su parte intratable al servicio y obligó al suizo a golpear el aire en varias ocasiones en los primeros juegos.

La tarde soleada al suroeste de Londres evaporó pronto, sin embargo, las dudas iniciales de Federer. Con su clase y su buena fortuna habituales intactas, mantuvo el equilibrio hasta el primer desempate y salvó dos bolas de set antes de noquear con un "ace" a un Djokovic que envió a la red la última bola de ese primer parcial.

El serbio respondió furioso. Se impuso al resto al inicio del siguiente set y llevó a remolque hasta el final de la manga a Federer, que dejó escapar su primera bola de rotura del partido con 5-4, y con ella sus opciones de mantener aferradas las riendas del duelo.

El público de la pista central contuvo la respiración a las dos horas y diez minutos de juego para ver como Federer salvaba dos bolas ruptura cruciales con sendos servicios a casi 200 kilómetros por hora y cerraba con su vigésimo "ace" un juego que llevaba a un nuevo desempate.

A continuación y a pesar de los errores Federer resucitó tras una bola de partido para llevarse el cuarto set cuando ya Djokovic ya se veía ganador.La gesta de Federer fue memorable, pero Djokovic era psicológicamente de hierro y fue capaz de avanzar hasta el 5-4 en el quinto y definitivo set para acabar cerrando el partido al resto y sumar su séptimo Grand Slam.

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