La selección española completa en Kiev una gesta histórica con la conquista en una secuencia consecutiva de Eurocopa, Mundial y Eurocopa

Un estilo incontestable

Casillas levanta la copa, ayer en Kiev. (Foto: SRDJAN SUKI)
España completó una hazaña inigualable hasta ahora en la historia del fútbol con la conquista en una secuencia consecutiva de Eurocopa-Mundial-Eurocopa, liderada por un estilo incontestable en los últimos cuatro años, cuatro años imparables, en los que la selección ha coleccionado títulos en Viena, Johannesburgo y Kiev.
España nunca especula. Italia tuvo más posesión en la primera parte, pero la de Del Bosque es una selección con múltiples recursos que desequilibró la final con la convicción de uno de los equipos más grandes de todos los tiempos.
España ha encadenado Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Es una proeza. Nadie lo había conseguido antes. Ni conquistar tres grandes competiciones de forma consecutiva ni lograr dos trofeos europeos en dos ediciones seguidas. Ya fracasó en el intento la República Federal de Alemania, una selección memorable en los 70. Lo tuvo al alcance, pero perdió en los penaltis con Checoslovaquia en 1976, con el famoso lanzamiento de Panenka.
Tampoco la Italia de Dino Zoff en 1968, la Holanda de Marco Van Basten en 1988, la Francia de Zidane en el 2000 o la de Michel Platini en 1984, la Alemania de Bernd Schuster y Karl Heinz Rumenigge en los 80... Ganaron la competición pero luego, cuatro años después, fueron incapaces de revalidar el título.
'Queremos seguir haciendo historia, este equipo aún tiene hambre', dijo Xavi Hernández en la víspera de la final. No falló España ni una generación magnífica de futbolistas, algunos de ellos, 11, participantes en los tres campeonatos de los últimos cuatro años. Antes, sólo uno, el alemán Bonhof, había sido doble campeón europeo, en 1972 y 1980, aunque en la última no jugó en todo el torneo. No lo consiguieron, en cambio, ninguno de los 13 futbolistas que habían jugado hasta el momento dos finales.
España es una selección de récord. Ya no entiende de barreras históricas. Tampoco su estilo, que extiende su dominio en el fútbol mundial. Un juego ofensivo, con la pelota, con posesiones superiores al rival, como ha ocurrido en 20 de sus últimos 22 partidos.
Su idea ha doblegado en las tres últimas grandes competiciones a 13 oponentes distintos. A Alemania, Portugal o Rusia en dos ocasiones, a Suecia, Grecia, Honduras, Chile, Paraguay, Holanda, Irlanda, Croacia y Francia en una y a Italia en momentos decisivos, en los cuartos de 2008 y en una final en Kiev que completó una gesta histórica de la selección española.

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