Un 'galgo' al que cambiaron los collares

Marta Domínguez celebra ahora su victoria sobre las acusaciones por dopaje.
En el mes de abril, la fenomenal atleta española Marta Domínguez fue acusada por traficar con sustancias dopantes, dentro de la llamada 'Operación Galgo', dirigida por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Hace dos semanas, la juez encargada del caso exculpaba a la palentina al considerar no probada la acusación. Muy al contrario, encontraba gravísimos errores en la obtención, traslado y custodia de las pruebas. Hasta el punto de ordenar una investigación para depurar irregularidades en el procedimiento seguido por los agentes.

Si este indicio se confirma, significaría que los representantes de la Ley habrían actuado como matones a sueldo, por obligación o devoción, falsificando pruebas contra la atleta en el mejor estilo de la mafia siciliana. Gravísimo.

Cuando estalló la 'Operación Galgo', Marta Domínguez fue poco menos que crucificada en todos los medios. Entonces escribíamos con prudencia, esperando resultados y confiando en la presunción de inocencia de ambas partes.

Hoy, sólo los más cercanos a la oposición política se retractan de lo escrito, mientras otros, que pegaron duro, eluden el tema. En Italia nos califican de 'paraíso del dopaje', lo cual viene a ser como si un ladrón acusa a otro de robar.

Debemos mantenernos neutrales, esperando acontecimientos. Existen muchos datos que se nos escapan y, está probado, Domínguez parecía dedicarse a suministrar sustancias -legales- a otros atletas. Costumbre curiosa, cuando menos.

Recuerden que en la 'Operación Puerto' ningún deportista fue acusado por dopaje. Y no por falta de pruebas, sino porque en 2006 no constitutía delito.

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