El ciclista del Orica se convierte en el primer maillot amarillo en la historia del Tour nacido en el 'continente negro'

Impey, primer líder africano

El ciclista sudafricano del Orica Greenedge, Daryl Impey, con el maillot amarillo del Tour. (Foto: NICOLAS BOUVY)
El Tour recibió un regalo en su centenaria edición con el primer maillot amarillo procedente del continente negro, a cargo del surafricano Daryl Impey (Orica), líder tras la sexta etapa, en la que se impuso al esprint el alemán André Greipel (Lotto).
En 100 años de Tour de Francia nunca un ciclista africano vistió de amarillo. La historia recibió con honores a Impey, un ciclista nacido en Johannesburgo hace 28 años, profesional desde 2008 y formado en el Barloworld, donde coincidió con el ahora británico Chris Froome, cuya novia le fue presentada por el nuevo líder.

Impey subió al podio a recoger la prenda dorada en lugar de su compañero el australiano Simon Gerrans, que entró cortado a 5 segundos. El surafricano eclipsó la victoria al esprint del alemán André Greipel, 'El gorila', quien fue un huracán ante Peter Sagan, Marcel Kittel y Mark Cavendish. Era su quinta victoria en el Tour y la décima de la temporada.

Éxito con efecto balsámico para el Lotto y Greipel, que levantó los brazos eufórico tras cubrir el trayecto de 176 kilómetros entre Aix en Provence y Montpellier en 3 horas, 59 minutos y 2 segundos. Su equipo recuperó la sonrisa tras la retirada de su líder, Jurgen Van den Broeck, víctima de las caídas.

Con el pelotón agrupado el trayecto no se convirtió en un paseo. Sucedieron cosas. Nairo Quintana, 'Purito' , Cavendish y Brajkovic aterrizaron en el asfalto. En el caso del británico pudo remontar, pero Brajkovic se despidió de la prueba.

Los libros de historia reflejarán la fecha del 4 de julio de 2013, cuando la general del Tour estaba lideraba por Daryl Impey, seguido por el noruego del Sky Edvald Boasson Hagen a 3 segundos y por el exlíder Simon Gerrans, a 5.

En el podio sonreía Impey. Como a él le sonrió la vida en 2008, cuando una caída en la Vuelta a Turquía le produjo una fisura en una vértebra. Entonces ganó la carrera y subió al podio como ganador final dotado con un collarín y la camiseta ensangrentada. La suerte le salvó de un destino terrible. En su segunda oportunidad puso a África en la historia del Tour.

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