El conjunto de Messina abatió al Valencia después de ir por debajo en el marcador durante al menos 30 minutos

El Madrid, en la final jugando a la ruleta rusa

El Real Madrid se clasificó para la final de Copa después de derrotar al Power Electronics Valencia, por 69-59, en un partido que tuvo perdido durante más de 30 minutos.
El Madrid volvió a jugar con fuego, como si le gustara el riesgo y que se le disparen los niveles de adrenalina. El partido fue una especie de ruleta rusa, con el marcador en contra durante 30 minutos y con un control encomiable a la hora de la verdad.

Tan fue así que el Real Madrid sólo pudo anotar su primera canasta en juego a los cinco minutos y medio, por medio de Llull. Otro dato, el equipo valenciano no tiró triples en los primeros diez minutos y los madridistas fallaron los tres que lanzaron. 11-14 al término del primer cuarto.

El segundo comenzó con los mismos parámetros y con los nervios a flor de piel. Prigioni fue sancionado con una técnica por protestar y el 13-21 del marcador colocó al equipo madrileño en su primera situación comprometida. Tres pérdidas de balón en saques de banda y fondo condenaron al Real Madrid a marcharse al vestuario con ocho puntos de desventaja.

Los inicios del tercer cuarto fueron devastadores para el Madrid, con un 0-5 en el primer minuto, 27-40, que alejaba la orilla y obligaba a remar más y mejor. Un 9-0 fue la contestación, (36-40) que volvió a nivelar el partido, para un 46-48 a falta de diez minutos.

Un triple de Tucker a los 15 segundos del cuarto final significó la primera ventaja madrileña en todo el partido, 49-48. Llegó luego el turno de Suárez y después de Mirotic, que selló el 55-52 en el minuto 33. El Madrid le había dado la vuelta a la tortilla y el Valencia no supo contestar.

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