Hasta los mejores resbalan en la hierba de Wimbledon

La caída de Nadal en la segunda ronda de Wimbledon ante un debutante ha sido rotunda, pero ninguno de los grandes se ha librado este año de los resbalones en la traicionera hierba del All England Lawn Club.
El suizo Roger Federer, seis veces ganador en Londres, quedó a un paso del abismo ante un jugador de segunda fila, a la vez que Djokovic vio como Radek Stepanek se le rebelaba en la central y le obligaba a remontar un set en contra.

Como ya advirtió Verdasco al inicio del torneo, la hierba de Wimbledon es una superficie rápida e inusual que propicia las mayores sorpresas del circuito, ningún tenista puede ampararse aquí en su número de ránking para asegurarse un encuentro plácido.

La prueba es el guión imprevisto que ha seguido el tercer Grand Slam de la temporada tras la primera semana y que constituye, entre otras cosas, una seria advertencia para todos los tenistas de cara a los Juegos Olímpicos que se disputarán durante el verano precisamente en este escenario.

Tras la final de Wimbledon, el 8 de julio, el All England Lawn Club contará con 20 días exactos para renovar la hierba de las pistas antes que comience una competición en la que Nadal aspira a revalidar el oro de Pekín.


MENOS MARGEN DE MANIOBRA

El camino hacia el podio de Londres estará todavía más plagado de trampas que el de Wimbledon, dado que los encuentros de los Juegos se disputarán a tres sets, lo que le dejará aún menos margen de maniobra a los favoritos en el caso de que se les atragante un partido en los primeros compases.

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