Murray se doctoró ante Djokovic en Nueva York

El último torneo de Grand Slam del año, el Abierto de Estados Unidos, ya forma parte de la historia con un nuevo campeón, el escocés Andy Murray, que se doctoró ante el serbio Novak Djokovic, al que derrotó en la final después de más de cuatro horas de juego.
Murray ganó y Djokovic confirmó que es el jugador con mayor capacidad de reacción que hay dentro del circuito profesional. Algo que no tuvo Federer en Nueva York, donde cayó en cuartos de final ante el checo Berdych. Además, David Ferrer se encargó de cubrir la ausencia por lesión de Rafael Nadal con la aportación de un tenis de lucha permanente que le llevó hasta las semifinales por segunda vez en su carrera.

Murray, de 25 años, había demostrado durante los últimos cuatro años que estaba entre los mejores del circuito profesional, pero cuatro finales perdidas en torneos de Grand Slam, incluida la del 2008 en el Abierto de Estados Unidos, le habían generado cierta 'frustración' deportiva y 'bloqueo' mental en los momentos decisivos.

Todo cambió cuando el escocés decidió elegir como entrenador al legendario Ivan Lendl, el exjugador que mejor sabía controlar la presión cuando estaba en el campo ante los momentos decisivos, y sus enseñanzas dieron el resultado esperado.

Murray ya se colgó el oro en los Juegos Olímpicos de Londres y el siguiente paso ha sido Nueva York. Atrás quedaba el maleficio de los 76 años en los que ningún tenista británico en la competición individual masculina había podido conseguir un título de Grand Slam. 7-6, 7-5, 2-6, 3-6 y 6-2 fueron los parciales de las cinco mangas de la quinta final consecutiva disputada en lunes.

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