Ciclista

Óscar Pereiro: ‘Tengo pruebas como para demostrar que esto no es una pataleta de Pereiro’

El ciclista gallego, Óscar Pereiro. (Foto: Archivo)
Mezcla enfado y tranquilidad, tal vez porque la idea de la retirada ya la manejó en verano. Pereiro esperará 24 horas más al Astana, equipo con el que firmó pero que no da señales de vida, antes de iniciar su defensa vía judicial. Mientras, se plantea ya ‘mandar todo a tomar por saco’ y que ésta sea ‘la estocada final’ a un estilo de vida como ciclista que califica de ‘patético’.
—¿Cómo está la situación ahora mismo?

—No ha cambiado nada en las últimas horas. Lo único, que me he reunido con mi abogado para preparar todo por si en algún momento hace falta denunciar a Astana.

—Vaya manera de complicársele la vida en unos pocos días.

—No. Complicarme la vida no. Se me complicaría si me dicen que tengo un cáncer. Lo que sí han hecho es romperme la ilusión de acabar mi carrera de una manera más bonita. Pero soy un tipo positivo. Me han sacado esa posibilidad de volver después de un año que ha sido especialmente duro, aunque para nada estoy deprimido. No me extraña nada en este mundo del ciclismo.

—Realmente, éste no es otra cosa que un síntoma más de cómo está el ciclismo.

—Si te digo la verdad, por un lado casi estoy deseando que se confirme lo del Astana para mandar todo a tomar por saco y vivir un poco más tranquilo. Está claro que podía ser un año muy chulo al lado de Contador. Y es que, por otro lado, todo surge cuando el mercado ya está casi cerrado y he perdido la oportunidad de firmar por otros grandes equipos.

—¿Tiene algún tipo de explicación para lo sucedido?

—No sé qué ha pasado, ni quién manda en el Astana o si el que firma no tiene ningún poder decisorio. Lo fundamental ahora mismo es que tengo pruebas suficientes como para demostrar que esto no es una pataleta de Pereiro sino algo real.

—¿Sólo le queda la opción de la retirada?

—El gran problema es que no puedo negociar con otro equipo porque he firmado con Astana. Ellos tendrían que darme antes la rescisión del contrato para que yo no incurra en duplicidad.

—¿Está buscando?

—Yo, lo cierto es que con todo esto no tengo ganas ningunas, aunque sé que mis representantes sí que lo están moviendo. Está muy difícil. Las plantillas están cerradas y es complicado encontrar acomodo, sobre todo si hablamos de equipos fuertes. Mi sueldo no es estratosférico, pero tampoco es el sueldo mínimo. El Quick Step ya está imposible. En cualquier caso, después del ciclismo hay vida.

—Al menos, el verano que ha pasado dudando si retirarse le ha curtido y esto no le coge sin estar preparado.

—No me viene por sorpresa. No tenía pensado seguir esta temporada, pero cuando surgen ofertas de grandes escuadras como Quick Step o Astana cambias de idea. Ahora, quizás ésta sea la estocada que necesitaba para dejar la bicicleta. Mi familia estaría encantada porque sabe que actualmente la vida de los ciclistas es patética.

—Seguía para no dejarlo en una avituallamiento del Tour pero parece que las circunstancias le van a obligar a ello.

—Está visto que sí. Todavía tendré un poco de paciencia para ver si esto se arregla o si sale otro equipo. Si no, la bici es una parte de mi vida en la que he llegado a ganar la carrera más importante del mundo, le guste o no le guste a algunos.

Te puede interesar