El entrenador azulgrana gana la batalla vivida por los dos técnicos a pie de campo

Primer asalto para Pep

El frío saludo antes del partido. (Foto: Chema Moya)
El gesto distante del portugués Jose Mourinho, sentado en un asiento a pie de campo, tras se expulsado por sus protestas al colegiado, reflejó como nada la derrota del técnico luso, que perdió sobre el campo, la batalla en la que se enzarzó con el barcelonista Josep Guardiola, la víspera en los micrófonos.
La frialdad del saludo inicial entre el técnico del Real Madrid, el portugués José Mourinho, y del Barcelona, Josep Guardiola, contrastó con la virulencia del cruce de declaraciones que ambos protagonizaron en la sala de prensa, apenas veinticuatro horas antes del duelo de ayer.

Esa frialdad que marcó el comportamiento de ambos técnicos en la primera parte, en la que Guardiola y Mourinho ni tan siquiera se llegaron a mirar, concentrados en corregir una y otra vez la disposición de sus pupilos en unos primeros cuarenta y cinco minutos lastrados por el excesivo tacticismo de ambos equipos, y en que en la segunda parte vio como ambos técnicos explotaban, el uno ante la impotencia de su equipo y el otro ante los goles de Messi.

La batalla tuvo como ganador el entrenador del Barcelona, que se situó con pie y medio en la final de Wembley con el segundo gol de Messi, que rompió su infortunio en las semifinales de la Liga de Campeones.

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