El exmadridista guió el martes al equipo alemán a la contundente victoria sobre el Inter y ya piensa en las semifinales de la competición continental

Raúl renace en el Schalke

Raúl celebra su gol del martes ante el Inter de Milan en el partido de ida de cuartos. (Foto: B. Thissen)
Inolvidable'. Así definía Raúl ayer camino del aeropuerto de Milán la ovación que le tributó el martes el público de San Siro cuando fue sustituido en el minuto 87, tras recorrer 11,1 kilómetros y dejarse el alma con su Schalke azul prusia, que derrotó a los italianos por 2-5.
Vive Raúl en los últimos meses un continuo agasajo por todas las ciudades y países que visita con el Schalke alemán. Y es que a sus 33 años recoge el afecto y el reconocimiento labrado durante toda una trayectoria. Raúl disfruta en el césped. Se le nota feliz. Liderando un grupo de chavales jóvenes, a los que durante toda la semana arengó hacia el triunfo, conscientes de que nadie creía en ellos y que no daban un euro por una victoria ante el actual campeón de Europa.


UN MARCADOR HISTÓRICO

Un 2-5 para el recuerdo, un 2-5 histórico para el fútbol germano, un 2-5 que da un plus de elegancia a la Bundesliga, cuya dirección ejecutiva está encantada con la presencia de una leyenda de verdad, que ha vuelto a poner en valor el fútbol alemán en Europa.

Italia siempre fue un país especial para Raúl. Si hubiera que medir en un termómetro la temperatura del 'raulismo', él siempre reconoce que en Italia siempre le han dispensado un trato exquisito. Hasta su llegada a Alemania, Italia fue su gran aliado.

Da igual la ciudad. Cuando Raúl se escapa de turismo a Roma con su familia, siempre se sintió halagado por el cariño de gente en sus calles que como él viven el fútbol con pasión las 24 horas del día. En Milán, volvió a aparecer el respeto hacia la figura de un futbolista que sigue manejando como nadie los códigos del fútbol auténtico. Con sencillez y sin prepotencia.

El Schalke crece al ritmo que marca Raúl. Y los chicos, comenzando por Neuer, Uchida, siguiendo por Jurado, y acabando en Edu comienzan a ver que si Raúl cree en el milagro, lo demás intuyen que la gesta está cada vez más cerca. En noviembre de 2008, Del Piero tumbó al Madrid con los dos goles del triunfo de la Juve. Al ser sustituido, se llevó una ovación de gala del Bernabéu. El martes le tocó a Raúl con el 2-3 -su gol 71 europeo- e Italia le devolvió el gesto.

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