JUEGOS OLÍMPICOS

Son buenos resultados que no serán reconocidos

 Marc Tur fue rebasado en los últimos 200 metros y finalizó la prueba de 50 kilómetros marcha en la cuarta posición.
photo_camera Marc Tur fue rebasado en los últimos 200 metros y finalizó la prueba de 50 kilómetros marcha en la cuarta posición.

Las pruebas de marcha, tanto las de 20 kilómetros, como la de 50, fueron muy entretenidas. Pasaron cosas de forma continua. Estaba delante del televisor y me costaba encontrar el momento de hacer una pausa por miedo a perderme algo porque cada poco tiempo se producían novedades. Y las hubo de todo tipo, tanto puramente competitivas como el show que hizo el francés Yohann Diniz durante los primeros 25 kilómetros. Creo que tenía cosas raras pasándole por dentro de su cabeza.

En líneas generales, hubo marchadores españoles compitiendo por la medalla en las tres pruebas. Y fue una pena que no obtuvieran una ‘chapa’ porque, para la opinión pública, tiene poco valor. Es el chocolate, pero lo cierto es que compitieron a un enorme nivel, entre los mejores del mundo. En la actualidad, hay países como Japón en hombres y China en mujeres, que tienen a 10 o 12 atletas entre los cien mejores del mundo y eso es tremendo. 

En lo concreto, la prueba de 50 kilómetros resultó tremenda. Es una competición que, por sí misma, es extremar y hacerla con calor y humedad todavía lo es más. Lo que le sucedió a Marc Tur e, incluso, al primero Dawid Tomala, es algo que puede pasar. De hecho, el polaco sufrió mucho en los últimos kilómetros. Iba a sobrevivir y, si no llega a ser por la ventaja que pudo acumular de hasta tres minutos, lo hubieran atrapado. Tur hizo un carrerón espectacular, se reguló muy bien, pero  le llegó el ‘tío del mazo’ a falta de dos kilómetros y se quedó pajarito. No hay que achacarle nada. Él dio todo lo que tenía y hasta a falta de 200 metros estaba en el bronce. Su competición es muy buena porque se exprimió al máximo.

En esta prueba, hay un momento determinado al pasar el kilómetro cuarenta que te da el bajón y, a partir de ahí, queda sobrevivir hasta el final. A mí me daba entre el 42 y el 44. En esos diez últimos kilómetros finales es cuando se compite de verdad. Llega el momento de analizar lo que te queda en los bolsillos y, a partir de ahí, gestionar. Si puedes mantener, apretar algo o, directamente, sobrevivir.

Los 20 kilómetros masculino fueron un espectáculo muy bonito. Los japoneses dominan mucho y el cuarto puesto de Álvaro Martín y el sexto de Diego García son muy buenos. En mujeres, María Pérez también se quedó muy cerca al ceder en el sprint. De tres pruebas, podemos decir que fueron cuatro tiros al palo. Y es una pena porque la gente no va a valorar estas posiciones como se merecen.

A nivel de base, noto que a los jóvenes le cuesta mucho entrar en marcha porque es una disciplina en la que se necesitan años para rendir. No hace falta ser muy joven para comenzar, pero sí que necesitas años para recoger beneficios y esto desanima a los practicantes. Exige un trabajo largo en el tiempo y los chavales optan más por pruebas como carreras o saltos. En marcha cuesta dominar la técnica y ya hay que tener una capacidad natural. Cuando llega un joven y compruebas que la marcha le sale, más o menos, de forma espontánea, es que tiene futuro. A partir de ahí, hay que mejorar y enseñarle par que no adquiera vicios. Si de inicio ya no adquiere el paso, es muy complicado que pueda practicar esta disciplina. 

La prueba de 50 kilómetros se va a pasar a una de 35. Ahí entran en juego otras cuestiones que van más allá de lo deportivo. Es algo que no me gusta, me parece una aberración porque esta disciplina es como un maratón. Para los marchadores, completar una prueba de 50 kilómetros, ya era una ilusión. Sólo con llegar a meta ya teníamos un objetivo cumplido. Solo terminar, por su dureza, representa algo de mucho valor. Es como si eliminan el maratón y ponen una carrera de 30 kilómetros.

Para darse cuenta de la dureza de esta carrera es que los atletas hacen dos o, como mucho, tres 50 kilómetros al año. No se pueden hacer más porque, tras la cita, necesitas varias semanas para recuperarte. Y eso que hoy en día, con todos los avances, en la propia competición se empieza la recuperación con todas las bebidas isotónicas y los geles que se toman. En mi caso, recuerdo estar muy cansado durante uno o dos meses e, incluso, tenía anemias tras una prueba de esta longitud. A nivel de salud, no es sano.

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