España es la anfitriona de un campeonato de natación que contará con la presencia de 181 países participantes

Sueños de agua para abrir el Mundial de Barcelona

Un 'castell' emerge de las aguas del Sant Jordi. (Foto: JUANJO MARTIN)
La simbiosis de la ciudad de Barcelona con el mar, el Mediterráneo que redescubrió en 1992, FUE el hilo argumental de la ceremonia inaugural del Mundial de Barcelona, una reflexión sobre la preservación del agua del planeta a través del sueño de un niño. Una reflexión crítica y positivista de los recursos naturales. Saltimbanquis, acróbatas y hasta 250 participantes en escena, pura emoción.
El punto culminante fue la construcción de un 'castell', un castillo humano, una tradición catalana, que emergió de las aguas de la piscina de 50 metros del Sant Jordi.

En esta parte del espectáculo, también intervino, Eduard Ametlla, veterano submarinista de 89 años que fue el primer hombre en batir el récord mundial de descenso de 100 metros.

Los medios tecnológicos utilizados, con profusión de imágenes proyectadas sobre las gradas, y las tomas obtenidas desde cámaras Flycam 2D que ofrecieron imágenes cenitales permitieron realzar el espectáculo.

Después del desfile de los 181 países participantes, en los parlamentos, todos ellos realizados en español, catalán e inglés, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, recordó que Barcelona es la capital de Cataluña, 'una ciudad histórica, abierta al mundo, una de las capitales mundiales del deporte'.

En la parte final, la nadadora barcelonesa Erika Villaécija hizo el juramento en nombre de los atletas, mientras que el árbitro de waterpolo Sergi Borrell lo hizo en el de los árbitros.

El espectáculo tuvo una estructura circular. Empezó con un salto de una joven nadadora (Paula Gilabert) en aguas del Port de Barcelona y un aterrizaje virtual en el Sant Jordi. Finalizó con un acróbata rescatando a Paula Gilabert del cielo de la piscina del Sant Jordi y depositándola en las aguas del Port. Otro sueño de agua.

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