La venganza de Rubiales

Luis Rubiales (Foto: Europa Press).
photo_camera Luis Rubiales (Foto: Europa Press).

De todas las tropelías realizadas por el expresidente de la Federación Española de Fútbol en apenas unos años, resulta irónico que se le defenestre por un beso –consentido o no- a una jugadora y en cambio se abrace su proyecto más catastrófico.

España, defensora de la “diversidad” y las libertades, organizará el Mundial 2030 junto a una dictadura absolutista y homófoba, Marruecos. Y no pasa nada. España, defensora de la transparencia, compró el evento a la FIFA, una de las organizaciones más corruptas del planeta. Y no pasa nada.

España, en quiebra técnica, pondrá sobre la mesa un anticipo de 1.430 millones, porque según la versión oficial “cada euro invertido se multiplicará por cinco de ingresos”, pese a que los presupuestos iniciales de las sedes antecesoras lo único que multiplicaron –por cinco o más- fueron los sobrecostes. Y no pasa nada. España utilizará el evento, principalmente “para dar a conocer su turismo en el mundo”, según su presidente en funciones, Pedro Sánchez. Será que se nos conoce en el mundo por otras cosas. Y no pasa nada.

España, país intolerante contra un individuo tan “machista”, “corrupto”, “indeseable” y “agresor sexual”, disfrutará su maniobra más peligrosa, corrupta y lesiva para las arcas públicas en esta década. Y no pasa nada.

En realidad, tenemos “lo que os merecéis” que diría Luis Rubiales.

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