La Comisión Europea ya recomendó el año pasado a España que redujera en 2012 las cotizaciones sociales y compensara la pérdida de ingresos con una subida del IVA o de los impuestos sobre la energía alegando que esta medida ayudaría a crear empleo al rebajar los costes salariales.
El Ejecutivo comunitario resaltó entonces que España ha registrado un 'fuerte incremento' de los costes laborales unitarios desde finales de los 90, lo que se ha traducido en más inflación y una pérdida de competitividad. 'Encontrar margen para reducir el nivel relativamente alto de las contribuciones sociales con el objetivo de bajar los costes laborales no salariales ayudaría a impulsar la competitividad', apuntó.
En este sentido, la Comisión explicaba que 'los impuestos sobre la energía, especialmente los impuestos sobre los carburantes, son relativamente bajos en España y podrían ser una forma de compensar los ingresos'. Y defendía 'modificar la estructura y los tipos del IVA'.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero rechazó esta medida y logró el apoyo del resto de socios europeos para que se retirara de la lista final de recomendaciones de la UE a España para los presupuestos de 2012.
El anterior Ejecutivo alegó ante Bruselas que la seguridad social y el sistema de pensiones se financian en buena medida con las cotizaciones, y que una reducción pondría en riesgo su sostenibilidad en un momento en que la propia UE ha exigido a España retrasar la edad de jubilación.
También argumentó que España ya intentó bajar las cotizaciones sociales y subir el IVA en 1995 con resultados negativos, ya que aumentó el déficit y la inflación y no se incrementó la recaudación. Finalmente, cualquier subida del IVA debería duplicar al menos, según el Gobierno socialista, la bajada de las cotizaciones porque la mitad de la recaudación va a las autonomías.
Pese a todo, la Comisión volvió a proponer el pasado 18 de abril a todos los Estados miembros como parte de su estrategia para crear empleo que bajaran las cotizaciones y subieran el IVA.
En este sentido, la Comisión explicaba que 'los impuestos sobre la energía, especialmente los impuestos sobre los carburantes, son relativamente bajos en España y podrían ser una forma de compensar los ingresos'. Y defendía 'modificar la estructura y los tipos del IVA'.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero rechazó esta medida y logró el apoyo del resto de socios europeos para que se retirara de la lista final de recomendaciones de la UE a España para los presupuestos de 2012.
El anterior Ejecutivo alegó ante Bruselas que la seguridad social y el sistema de pensiones se financian en buena medida con las cotizaciones, y que una reducción pondría en riesgo su sostenibilidad en un momento en que la propia UE ha exigido a España retrasar la edad de jubilación.
También argumentó que España ya intentó bajar las cotizaciones sociales y subir el IVA en 1995 con resultados negativos, ya que aumentó el déficit y la inflación y no se incrementó la recaudación. Finalmente, cualquier subida del IVA debería duplicar al menos, según el Gobierno socialista, la bajada de las cotizaciones porque la mitad de la recaudación va a las autonomías.
Pese a todo, la Comisión volvió a proponer el pasado 18 de abril a todos los Estados miembros como parte de su estrategia para crear empleo que bajaran las cotizaciones y subieran el IVA.
