Las empresas creen en el crecimiento, pese a las escasas ayudas del Gobierno

Los directivos muestran su preocupación por la falta de claridad, dudas de financiación y excesiva burocracia en los fondos de Europa 

El 85% de los consejeros delegados españoles espera que la marcha de la economía sea más favorable en los próximos 12 meses, aunque advierte del riesgo de que los Fondos Europeos se destinen a proyectos a corto plazo, y se muestran preocupados por la falta de claridad, financiación y excesiva burocracia. Todo ello teniendo en cuenta que España es el país de Europa que ha concedido menos ayudas en pandemia. Pese a ello, el 65% de los directivos nacionales se muestra confiado en que la economía se vuelva más sostenible, digital y resiliente gracias precisamente a esos anhelados Fondos.

Así al menos se desprende de la 25ª Encuesta Mundial de CEOs, elaborada por PwC y que recoge la opinión de 4.446 máximos ejecutivos de 89 países. El informe revela que el 77% de los ejecutivos mundiales espera una mejora de la coyuntura internacional en 12 meses, mientras que el 13% cree que la situación se va a deteriorar.

El camino ni es ni fue sencillo. El Gobierno español tardaba más de un año en aprobar ayudas directas ante los estragos de la covid. Del paquete de 11.000 millones de euros con los que pretendía afrontar los coletazos de la llamada entonces tercera ola -su primera reacción, y ya vamos por la sexta-, el Ejecutivo  sólo comprometía 7.000 en transferencias directas con las que las empresas de los sectores más golpeados afrontaran gastos corrientes, facturas pendientes, pagos a proveedores o reducción de deuda. Ese paquete de ayudas era  menor incluso que lo que inyectaba Berlín cada 15 días. Moncloa aprobaba en diciembre de 2021 -un año ya- 4.220 millones, mientras el músculo financiero de Alemania permitía en ese momento a Merkel activar un plan que liberaba hasta 11.000 millones mensuales. El Gobierno de Sánchez y Podemos estaba entonces y sigue aún a la cola europea en la respuesta a la crisis. 

 

EN LA COLA DE EUROPA

Con los planes por países aprobados hace más de un año, ejemplos hay de sobra que sacarían “los colores” a cualquier analista a poco que se pusiera a hacer números. 

El paquete de ayudas en Alemania a empresas y autónomos estaba presupuestado en 50.000 millones. Solo en la tercera fase, se incrementaba el volumen de financiación posible para la empresa hasta 1,5 millones de ayudas puente al mes, con un máximo total de 12, y anticipos de hasta 800.000 euros sumando además alivios fiscales para garantizar liquidez.

Solucionar trabas burocráticas y cortar de raiz el descontento empresarial eran “planes” anunciados entonces por el  Ejecutivo Draghi en Italia. Un paquete de medidas de 32.000 millones para los “castigados” por el virus se sumaba a un total de 130.000 millones con diferentes medidas en la tercera economía euro, medidas que no obstante el presidente del 67 gabinete de la República -economista por la romana Universidad de La Sapienza- justificó como “respuesta parcial”. “Cuanto más , y cuanto antes…”, avanzaba. España todavía no había reaccionado. 

Mención aparte merecería un Reino Unido ahora “en boga” por los excesos de su primer ministro. En diciembre del pasado año ya había invertido 63.000 millones de euros en  empresas en apuros y autónomos, elevando la ayuda  después al doble. En esa fecha, el coste total del Estado se estimaba ya superior a los 400.000 millones de euros.

En España, hace precisamente un año, las empresas estaban al límite y lo advertían al Gobierno de Sánchez y Podemos. “Necesitamos ayuda”, decía el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, reclamando ayudas directas que todavía no han llegado.Las empresas disfrutaban de vacaciones fiscales hasta 2022 en Reino Unido, en Grecia les reembolsaban impuestos, la hostelería estaba abonada a las ayudas en Alemania y en Italia se extendían ya “bonos de vacaciones” de 500 euros para el turismo.
En España, el país más castigado de Europa, con una caída ya entonces del PIB del 11%, eran prácticamente inexistentes -un pírrico 1,3% del PIB, una cuarta parte de lo que gastaba la zona euro (4%), pese a que desde el Gobierno se sumara el gasto ERTE para engordar estadísticas y números.

Un año después, cuando el debate son los Fondos Europeos, hay obstáculos que preocupan especialmente a los empresarios. A saber: que se prioricen proyectos a corto plazo en lugar de resultados a largo plazo (31%), la falta de claridad de los proyectos que van a recibir ¡financiación (27%) y la excesiva burocracia  (22%).  A  pesar de todas las incertidumbres, presidentes y consejeros delegados de todo el mundo tienen el mayor nivel de optimismo acerca de la evolución de la economía en 2022 de los últimos 10 años. El optimismo de los CEOs mundiales es superior al del año pasado (76%) y más de 50 puntos por encima de 2020, cuando el 53% preveía una caída de la economía.

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