España se recupera, rezagada en Europa

Hay muchas maneras de presentar el relato económico de la pandemia en España, pero el resultado es que su PIB es el segundo más dañado de la UE en el período 2020-2021, solo por delante de Grecia, y que su tasa de paro –próxima al 16%– es la segunda más alta, igualmente tras la griega. La causa, según el profesor de economía Albino Prada, está ligada al modelo productivo “hipertrofiado hacia el turismo de no residentes”. Al no venir todos los millones de extranjeros que solían recalar en España, su economía se resiente. Otras economías europeas más industrializadas son más resilientes. Todo ello explica que las políticas de mantenimiento del Estado de bienestar se salden con una factura muy elevada, tanto en déficit público como en deuda pública. España ya había llegado a la pandemia con niveles altos de déficit y deuda, por lo que no tuvo tanto margen como otros países para desplegar sus políticas de gasto en relación con el PIB. Amparado en los últimos datos detallados divulgados por la Comisión Europea –definitivos para 2020 y con previsiones actualizadas para 2021–, Albino Prada concluye en un informe publicado esta semana en Mundiario que para hacerle frente a los cuatro puntos de balance negativo (de PIB y empleo) que alejan a España del impacto medio de la crisis en el conjunto de la UE, cabe incrementar la inversión pública para que deje de estar por debajo de la media de la UE, como va a suceder este bienio 2020-2021 (5 puntos de PIB en España y 6,8 en el conjunto de la UE). “Algo a tener muy presente en los próximos presupuestos del Estado”, advierte este experto de la Universidad de Vigo. Las cifras del paro siguen maquilladas por la vigencia de los ERTE, el mecanismo de protección del empleo al que en julio todavía estaban acogidas 331.486 personas, a las que se sumaban los autónomos beneficiarios de otras ayudas especiales de la Seguridad Social. ¿Cómo se puede salir de esta? Además de aplicar políticas públicas, más o menos expansivas, se hace necesario elevar el consumo y reforzar la inversión de las empresas, de manera paralela al desarrollo de los fondos Next Generation EU. Por esa vía seguramente será posible conseguir que a finales de 2022 la economía española se haya recuperado por completo, ya que de momento solo se han recobrado dos tercios de lo que se había perdido con la pandemia. En buena lógica, si el PIB se recupera en esa línea, el mercado laboral seguirá sus pasos. A estas alturas ya hay quienes se lo creen. El Barómetro de Empresas, que publica el diario El País desde 1999, revela que nunca había reflejado un estado de ánimo tan positivo como en el primer semestre de este año. Así, el 82% de los encuestados cree que la economía repuntará aún más en lo que queda de ejercicio y que 2022 será incluso mejor. Pero no todos lo ven así. Los españoles están entre los europeos más pesimistas ante la recuperación económica, según el estudio Opiniones globales sobre la recuperación económica local del Covid-19, de Ipsos y el Foro Económico Mundial. “Nuestro reto es que la recuperación no sea pasajera”, subraya la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño. Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, no comparte el balance optimista de la situación económica y sanitaria desplegado días atrás por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. @J_L_Gomez Al alza: el cambio La polarización política que se vive en España propicia desencuentros en diversos frentes económicos, pero hay algo que nadie discute: la necesidad de cambiar el modelo productivo, de forma que sea sostenible y no siga tan escorado hacia los servicios. Es evidente que España necesita reindustrializarse, al tiempo que resuelve sus desequilibrios en deuda pública, déficit público y un mercado laboral sujeto a diferentes velocidades. A falta de una agenda económica común, algo es algo. A la baja: el consenso Pablo Casado, presidente del PP, no comparte el balance optimista de la situación económica y sanitaria del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El líder socialista presume de que España es “medalla de oro en vacunación” y “líder en recuperación económica”, pero el jefe de la Oposición sostiene que es “medalla de oro en destrucción de la economía nacional, medalla de plata en mortalidad por Covid con relación a la población y medalla de bronce en destrucción de empleo y desigualdad”.