España no solo es una isla energética

Una torre de electricidad situada en la Comunidad de Madrid.
photo_camera Una torre de electricidad situada en la Comunidad de Madrid.

España ha vivido el Consejo Europeo como si le fuera la vida en ello, sobre todo una vez que el Gobierno dijo que no movería ficha en las medidas contra la crisis hasta el Consejo de Ministros posterior a la cumbre de Bruselas del 24 y 25 de marzo.

Tras muchos esfuerzos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el Consejo Europeo reconoció la especificidad de la llamada isla energética ibérica para que los gobiernos de Portugal y de España puedan proponer a la Comisión Europea medidas excepcionales y temporales que contribuyan a reducir el precio de la luz.

Según la Moncloa, la UE reconoce así la singularidad de España y Portugal y permite que estos países lleven a cabo medidas excepcionales para bajar el precio de la electricidad. En realidad, lo que la UE acepta es estudiar propuestas de Lisboa y Madrid que aprobará la Comisión Europea.

De la lectura de los diez folios del resumen oficial del Consejo Europeo no se desprende que el problema de España y Portugal sea el centro de la cuestión, ya que los asuntos energéticos se abordan de manera genérica. Ni siquiera el problema de la energía a escala europea constituye el grueso del resumen: es un asunto al que se dedican dos folios y medio de un total de diez.

Si Bruselas da luz verde, el precio diario del mercado mayorista de la electricidad, que marcan las centrales que utilizan gas, podrá bajar de manera temporal. Para ello el Gobierno propondrá un precio de referencia al gas utilizado para producir electricidad, sustancialmente más bajo que el actual, de modo que los precios de la factura de la luz tenderán a reducirse.

La noticia de que Pedro Sánchez consiguió que la UE permite la excepción ibérica para contener los precios energéticos ha abierto todos los periódicos y los informativos de radios y televisiones. También en este frente España es una isla, porque los grandes medios europeos no han reparado en este asunto.

Ni siquiera en Portugal ha tenido el mismo eco que en España. El influyente diario Público dio la noticia en un segundo plano. Mientras, grandes medios franceses como Le Monde pasaban del tema, el londinense The Guardian no publicaba nada y el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung se centraba en su propio problema: el gas.

Lo que destacan desde Alemania es que a la Unión Europea le gustaría comprar grandes cantidades de gas licuado (GNL) de todo el mundo en el futuro, partiendo de que los contratos de suministro con Estados Unidos y Qatar ya se han cerrado. Esto tiene como objetivo reducir la dependencia del suministro de energía de Rusia, que fue el centro de la cuestión de la cumbre europea. Pero mientras el gas ruso llega a través de las tuberías existentes, se debe construir una infraestructura completamente nueva en los puertos para el gas licuado.

Alemania obtiene ya su gas licuado de los puertos de Zeebrugge (Bélgica), Dunkerque (Francia) y Gate - Rotterdam (Países Bajos). Sin embargo, como observa el Frankfurter Allgemeine Zeitung esto no será suficiente para las cantidades que se requerirán en el futuro. Aunque ya se están planificando terminales especiales de GNL en Wilhelmshaven, Stade y Brunsbüttel, aún falta mucho. 

Desde Alemania lamentan ahora que su política se basó en comprar energía a Rusia, en lugar de construir su propia infraestructura, como hicieron otros países europeos, con Francia a la cabeza. 

@J_L_Gomez

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