Salgado está dispuesta a dejarla entre el 9 y 9,5%, algo a lo que se opone el Banco de España

La exigencia de capital básico para las cajas cotiza a la baja

Una mujer pasa por delante de una oficina de Novacaixagalicia. (Foto: ARCHIVO)
La ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, está dispuesta a rebajar en medio punto la exigencia máxima de capital básico de las cajas de ahorros a una horquilla situada entre el 9% y el 9,5%, frente a la banda de entre el 9% y el 10% anunciada hasta ahora, según informaron fuentes políticas. Las cajas de ahorros consideran exageradas las nuevas exigencias de capitalización establecidas por el Gobierno y reclaman el mismo trato que el concedido los bancos, que deberán contar con un nivel mínimo de capital de disponibilidad inmediata del 8%, y así se lo trasladaron al Ejecutivo.
El Gobierno tiene previsto presentar en la primera quincena de este mes un decreto ley en el que detallará su plan de recapitalización del sector financiero, a pesar de que persisten discrepancias al respecto entre el Banco de España y Moncloa, por una parte, y el Ministerio de Economía, por otra. El organismo regulador de los mercados y Presidencia del Gobierno no son partidarios de rebajar las exigencias de capitalización a las cajas de ahorros, mientras que el departamento que encabeza Salgado es más proclive a recoger algunas de las reivindicaciones de las cajas de ahorros.

La postura del Banco de España es cercana a la de los presidentes de Santander y BBVA, Emilio Botín y Francisco González, partidarios de más requisitos de capital a las cajas frente a los bancos por considerar que entrañan más riesgo que éstos, sobre todo por su exposición inmobiliaria. Además, comparten la hipótesis de que las cajas de ahorros empañan la imagen del sistema financiero español en el exterior, lo que afecta negativamente a la cotización de los bancos en los mercados, así como a sus posibilidades de obtener financiación mayorista. El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros y de La Caixa, Isidro Fainé, y el presidente de Caja Madrid y de Banco Financiero y de Ahorros, Rodrigo Rato, estiman que una regulación que fija un trato discriminatorio entre bancos y cajas en detrimento de éstas distorsiona la competencia y no se justifica por razones objetivas.

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