El lácteo lucha por sobrevivir

Un trabajador del sector lácteo almacena leche en un recipiente de plástico.
photo_camera Un trabajador del sector lácteo almacena leche en un recipiente de plástico.
El sector lácteo no aguanta más. El paro del transporte asfixia aún más la situación límite de una industria que vive sumida en la incertidumbre de saber si podrán sobrevivir al transcurso de esta semana.

El paro indefinido de transportistas iniciado el pasado lunes, convocado por la Plataforma de Defensa del Sector del Transporte de Mercancías para protestar contra la “gravísima” situación del sector y la imposibilidad de seguir prestando servicios a pérdidas mientras no les reciba el Ministerio de Transportes, pone en jaque a toda la industria alimentaria, que tras nueve días de parón afirma no poder aguantar más. Sin embargo, tan ansiada reunión parece no llegar, mientras la preocupación crece en el campo, ya que, de alargarse la situación, se verán obligados a “cerrar los grifos”, tal y como aseguraban representantes del sector lácteo gallego, quizás uno de los más afectados por la huelga.  

“Esta situación es insostenible. Llevamos desde el jueves tirando la leche”, así de tajante era Juan Ruiz, un ganadero de O Saviñao (Lugo) que suministra leche al Grupo Lactalis y que afirma no soportar la incertidumbre de saber qué es lo que va a pasar con el futuro de su explotación. Aunque el domingo recibieron un comunicado de la compañía informándoles que se veían obligados a dejar de recoger, finalmente la leche del lunes fue recogida, no obstante desde el sindicato Unións Agrarias, avisan de que no saben hasta cuándo van a seguir recogiéndola.  “Un varapalo”, asegura Ruíz, y que les supone unas pérdidas de 1.200 euros diarios además del malestar de ver cómo llevan tirados 8.000 litros desde el jueves. “No es solo no cobrar, es ver cómo se desperdicia un producto tan necesario, después de tanto trabajo”.   

Algo esperado

Una gota más que colma el vaso de un sector que lleva meses denunciando la asfixia económica que padecen, “porque los costes de producción no cubren todos los gastos y ahora esto”, denunció Ruiz que afirmó que al problema de la recogida se suma el de la falta de alimento para su ganado. “Ahora solo te sirven pienso para cuatro días”. Una recogida que permite a los animales no morirse de hambre pero que a largo plazo perjudica su ciclo de producción.  “Son seres vivos, si les cambias la alimentación los perjudicas. No son máquinas”.   

En esa misma línea se manifiesta Marcos Quintas, uno de los socios de Ecoleia, explotación de leche ecológica en Allariz, que lleva tirados más de 3.300 litros en estos días de huelga y que denuncia la precariedad de un sector tan esencial.  “Esto está adelantando acontecimientos. Somos el último eslabón y nadie se acuerda de nosotros. Mientras no consigamos que la sociedad entienda que el dinero no se come y que alguien debe producir los alimentos, esto no va a cambiar”.  Desde hace un año su negocio emprendió el rumbo de estar perdiendo dinero todos los días por el encarecimiento de las materias primas y, sobre todo, de la energía. “Para la pequeña explotación que somos nos subieron los gastos en energía en 2.500 euros mensuales”. 

Quintas reivindica que  lo que hay que cambiar “son las reglas del juego”. ”No puede ganar más el que menos trabaja. Trabajamos 365 días al año, 15 horas diarias y no somos capaces de llevar un sueldo a casa”. En este sentido, culpa a una sociedad “sin educación” como consumidores. “Estamos dispuestos a pagar 1,70 euros por un café y no a pagar un euro por un litro de leche”, reivindica. No obstante, tiene esperanzas de que algún día ”nos demos cuenta del valor de lo que consumimos. Pero mientras, tenemos que ver cómo nos bajan el precio de la leche y nos suben la energía, ¡basta ya!”.

Además del problema de la recepción de leche el parón genera “bloqueos masivos” en otras áreas de la producción, como ocurre en Queixerías Bama, en A Coruña. Su administrador, Nino Pereira, cuenta que tienen bloqueo “hasta en la gestión de los lodos de la depuradora”. Sin poder recibir gasoil ni gas, asegura que están “al límite”. “Le damos salida a 100.000 litros de suero diario y en toda esta semana no pudimos sacarlo. Aunque recibamos leche tenemos que parar porque no recibimos alimentos ni energía. De modo que, ni sale queso ni entran los aprovisionamientos ”.  

“La situación es dramática para el sector gallego”

Carmen Lence Paz, CEO del Grupo Leche Río

Carmen Lence, consejera delegada del Grupo Leche Río, empresa líder del sector en Galicia, se une al grito de los ganaderos para pedir una solución urgente. A pesar de no haber parado del todo la actividad en la fábrica, Lence asegura no poder aguantar mucho más una situación “límite” y que deja al sector al borde del colapso.

¿Cómo es la situación en la fábrica de Leche Río? 
Vamos aguantando el temporal, la prioridad es recoger la leche y estamos haciendo todo lo posible, pero la situación es cada vez más difícil. Estuvimos toda la semana pasada parados sin poder sacar leche de la fábrica hasta el jueves, pero nos plantamos y decidimos empezar a sacar camiones.

¿De modo que no han detenido la actividad en la fábrica?

Hay que tomar ciertos riesgos y hacer lo que se puede para no tener que parar, porque en el momento en el que detenemos la actividad, se produce un efecto dominó en la cadena alimentaria. La leche fresca que va en barrica sí que la hemos tenido que dejar de producir, pero con otros productos estamos sacando lo suficiente como para poder seguir haciendo sitio en el almacén y seguir fabricando. No obstante, tenemos miles de bricks almacenados sin poder darles salida.

¿Esta situación va para largo?

Espero que, por el bien de todos, tanto transportistas como Gobierno se sienten y lleguen a una solución, porque es una situación muy difícil para todos pero para el sector lácteo gallego es especialmente dramático. No me puedo imaginar cómo un ganadero puede sobrevivir si no le recogen la leche. Tienen que arreglar esto ya.

¿Qué medidas se podrían implantar para capear el temporal?

No es una cuestión de que se implanten los servicios mínimos de recogida de leche. Da igual que podamos recoger la leche si después no podemos darle salida. Sin poder sacarla se hace imposible su almacenaje, lo que conllevaría un desperdicio masivo. La solución es el diálogo y tomar en serio las demandas de no solo los transportistas, sino de todos los eslabones de la cadena alimentaria.

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