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El paro español depende del crecimiento

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photo_camera El Premio Nobel de Economía de 2001, Joseph Stiglitz.

El discurso del premio Nobel Stiglitz supone un baño de realismo: para rebajar el desempleo no basta con crecer más que otros, hay que crecer mucho más. Tampoco basta con ahorrar más, hay que ingresar más.

El Euro, cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa", es el título del nuevo libro del Premio Nobel de Economía de 2001 Joseph Stiglitz, un catedrático de la Universidad de Columbia que suele frecuentar ambientes progresistas y que en España intentó echarle una mano al expresidente Zapatero. También siguió de cerca el nacimiento de Podemos y -al igual que Paul Krugman- más de una vez se mostró crítico con la derecha europea. De hecho, en su anterior libro, "El precio de la desigualdad" (2012), ya condenaba la espiral de recesión, austeridad y más recesión que arrastra a Europa debido a las recetas impuestas por Alemania.

Pero, siendo crítico con la derecha, Stiglitz acaba de indicar un camino que a la izquierda española le cuesta coger: la receta contra el paro. Lejos de debates políticos meramente retóricos, le ha dado duro al siempre entusiasta Gobierno del PP, al calificar el crecimiento de decepcionante, y le ha abierto los ojos a la izquierda: "España no está creciendo lo suficiente", por mucho que esté creciendo por encima de la media de otros países, de modo que para superar una crisis profunda es necesario "un crecimiento muy rápido, capaz de reducir la tasa de paro". Por si a alguien se le olvidó el dato recordó los crecimientos de EE UU por encima del 6% para salir de la crisis de desempleo de 1980. Y no lo dijo esta vez pero pudo haber constatado un fenómeno más reciente: EE UU recuperó en seis años y medio el empleo perdido durante la gran recesión de 2008, mientras que en España, ocho años después de la crisis, la tasa de paro sigue sin parangón en los países del mundo desarrollado.

Lo que decía la izquierda en España desde que comenzó la crisis, terminó asumiéndolo en octubre de 2012 el propio Fondo Monetario Internacional (FMI): la austeridad presupuestaria, por sí sola, es tan inútil como contraproducente. La clave es la recaudación: a menores rentas, menos ingresos fiscales y más riesgos de déficit público. En realidad, no debería haberse aguardado a que lo dijese el FMI, ya que antes ya lo habían dicho no solo la izquierda política, sino también destacados economistas, entre ellos los premios Nobel Krugman y Stiglitz. Es más: lo vienen demostrando las sucesivas tablas de recaudación desde 2007, que es cuando empiezan a desplomarse los ingresos del Estado, primero como consecuencia de la caída del Impuesto de Sociedades y después de los demás tributos. Las correcciones en los ingresos fueron artificiales, mediante subidas de impuestos, de modo que terminaron pagando la crisis los trabajadores, vía IRPF, y los consumidores, a través del IVA. No basta con ahorrar, hay que ingresar, creciendo.

Según Stiglitz, el gran error de esta crisis es no acertar a identificar su verdadera causa. “El déficit no ha provocado la recesión, es la recesión la que ha causado el déficit”, explica, convencido como está de que “solo si se vuelve a crecer, el déficit bajará”. Lleva años predicándolo: “La austeridad va a tumbar la economía”. Incluso el FMI admitió que la desigualdad es mala para la economía, porque eleva la inestabilidad. “La gente que no tiene trabajo se empobrece. Y con un alto nivel de desigualdad, los salarios bajan. Y la austeridad lleva a cortar gasto en cosas importantes, como la educación y la salud. Por eso estos planes de austeridad acrecientan los problemas de la desigualdad, lo que a su vez es una de las razones de la debilidad económica actual”, explica el Nobel.

@J_L_Gomez

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