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Porcino, la eficiencia productiva

PORCION

Las exportaciones récord salvaron al sector gracias a su capacidad para competir

Sin ayudas de la Política Agrícola Común u otros apoyos complementarios de la Administración; asumiendo los costes que supuso la aplicación de las medidas para el bienestar animal o para la transformación de los purines tras el parón de las plantas de transformación; a su favor con el precio a la baja de los cereales. La realidad es que el porcino ha sido un sector capaz de solventar sus problemas de los precios a la baja desde finales de 2015 y parte de 2016 aumentando la oferta y con los mercados exteriores como salida. Asia y, concretamente China como principales destinos, forman parte de unas ventas que este ejercicio podían batir el record de exportaciones con dos millones de toneladas por valor de más de 4.000 millones de euros.

Hace ahora un año, el sector del porcino se hallaba inmerso en una grave crisis de precios con una cotizaciones medias por debajo del euro kilo vivo, lo que suponía no cubrir los costes de producción a pesar de la caída de las cotizaciones de las materias primas de la alimentación animal. Doce meses más tarde, los precios medios se han ido consolidando poco a poco hasta situarse las cotizaciones entre 1,13 y 1,14 euros kilo para un producto de calidad con gran demanda en el exterior.

La última crisis del porcino venía de muy atrás, desde la prohibición de las exportaciones a Rusia consecuencia del bloqueo decretado por la Unión Europea. El cierre de ese mercado supuso elevados excedentes en todos los países miembros con el hundimiento de los precios y la necesidad de buscar nuevos mercados fuera de la Unión Europea. Esta crisis se tradujo en un recorte de las cabañas ganaderas en la mayor parte de los países comunitarios y una reducción de la oferta para recuperar las cotizaciones, algo que también se logró con las medidas de almacenamiento adoptadas por las autoridades comunitarias.

En el caso de España, la salida la crisis se ha logrado con actuaciones que ponen de manifiesto la existencia un sector eficiente desde el sistema de producción en las explotaciones hasta las estrategias de los grupos industriales y que tuvo la capacidad suficiente para superar una larga travesía en el desierto de pérdidas que ahora comienza recuperar

Frente a los ajustes de censos en otros países, descensos del 3% en Alemania o del 12% en Polonia, España fue una de las excepciones donde los mismos, lejos de bajar experimentaron un ligero incremento del 2% hasta superar los 27 millones de animales. En consecuencia, la producción ha seguido creciendo hasta acercarse a los 3,9 millones de toneladas, lo que ponen en evidencia la existencia de un sector que cree en sus posibilidades.

La respuesta a este escenario ha venido especialmente por la vía de las exportaciones donde los países comunitarios siguen siendo el peso fuerte de las ventas, tanto en carnes como de animales vivos, pero fundamentalmente por la apertura y consolidación de nuevos mercados asiáticos donde destacan países como China, Corea o Japón.

Con datos de 2015, sobre unas exportaciones de 1.872.000 toneladas, 1.254.000 correspondieron a las carnes, 235.000 a despojos, 148.000 a animales vivos y el resto s todo tipo de productos elaborados. De ese volumen, a la cabeza se hallaba Francia con 353.000 toneladas seguida de Portugal con 273.000 toneladas, sobretodo en animales vivos, Italia con 171.000 toneladas y en cuarto lugar China con 209.000 toneladas, a la que sigue Japón con 88.000 toneladas, Alemania con 87.000, Reino Unido y Corea con otras 60.000 toneladas.

Este año, el volumen de las exportaciones se espera supere los dos millones de toneladas, mientras el valor de las mismas se sitúe en unos 4.300 millones de euros para consolidarse como el sector alimentario más importantes en sus operaciones en el exterior, dejando a un lado a las frutas y hortalizas en su conjunto. Otra nota destacada de la evolución de las exportaciones en este ejercicio es que, por primera vez, China está desbancando a España en el primer lugar de las ventas.

Para Miguel Angel Higueras, responsable de la organización sectorial Anprogapor, aunque la actual situación es positiva para el sector y todo indica que esas posibilidades de exportación van a seguir en el futuro, es preciso igualmente ve r las cosas con cierta prudencia. China ha sido una salida puntual que ha superado las previsiones más optimistas al coincidir las posibilidades y las necesidades españolas de exportar con un momento de mayor demanda en China por la política llevada a cabo desde el gobierno de ese país. No está claro el tiempo que se mantendrá esta situación, si la misma irá a menos y las exportaciones que puedan hacer otros países como Estados Unidos. Desde Anprogapor se valora positivamente que hayan pasado de 22 a 26 el número de firmas exportadoras. A favor del porcino español juega también la existencia de una calidad y seguridad alimentara contrastada, lo cual es un dato muy positivo para los países asiáticos y, concretamente en China.

En contar de las actuales posibilidades de exportación a Francia juega la aprobación en ese país de una disposición en línea con una estrategia de renacionalización para que los productos frescos y los elaborados cárnicos indiquen en la etiqueta el lugar de procedencia de la materia prima de importación su supera el 8%.Esta medida, dado el carácter de los franceses puede suponer un paso contra las exportaciones españolas de porcino que, por su eficiencia y competitividad han ganado posiciones en los mercados franceses.

Junto a estos riesgos o datos negativos, el porcino español tiene dirigida la mirada hacia varios países sudamericanos entre los que destaca el mercado mexicano, pero también las posibilidades que existen en otros países del entorno.

La actual situación del sector del porcino en España, con capacidad para competir en los mercados mundiales y en los comunitarios, no es producto de la casualidad sino la consecuencia del proceso de transformación que ha experimentado el mismo en las últimas décadas. El número de explotaciones se ha reducido de unas 200.000, con un total dominio de pequeñas explotaciones familiares a, oficialmente unas 86.000, aunque el propio sector estima que la cifra es muy inferior. Se ha pasado a otro modelo de grandes explotaciones intensivas modelos de integración vertical y, sobre todo, a un tipo de explotaciones donde prima la eficiencia productiva y tener capacidad para competir en todo el mundo. Otra cuestión a debate puede ser la sostenibilidad en algunas zonas de ese modelo productivo y la imposibilidad de crecimiento en las mismas por su gran expansión.

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