El acusado de asesinar con una barra de hierro a un anciano en Almuñecar (Granada) dice que nunca le quiso hacer daño

El hombre de nacionalidad alemana enjuiciado desde este lunes por un jurado popular en la Audiencia de Granada por presuntamente asesinar a golpes con una barra de hierro a un anciano de 86 años en Almuñécar (Granada) ha reconocido la agresión, si bien ha asegurado que 'nunca quiso' hacerle daño.
Gunter V.F., de 61 años, se enfrenta a una petición fiscal de 17 años de cárcel y 90.000 euros de indemnización por un delito de asesinato que la acusación particular eleva hasta los 20 años. Por su parte, la defensa solicita 8,6 años de cárcel también por el mismo delito aunque con las atenuantes de colaboración con la Justicia y confesión de los hechos y de arrebato y obcecación, si bien la letrada ya ha avanzado que llegado el momento modificará sus conclusiones para calificar los hechos de homicidio.

Durante su declaración, para la que ha contado con el apoyo de una traductora, Gunter ha explicado que llevaba aproximadamente dos años y medio viviendo con su caravana en el jardín de la víctima, la cual además le dio trabajo durante 16 años.

En la tarde en que ocurrieron los hechos, sobre las 16,50 horas del 1 de octubre de 2010, ha relatado que la víctima, Henri D.G., se acercó a su caravana para decirle que se fuera de su propiedad, discutieron y éste le empujó, tras lo que se dio la vuelta para regresar a su casa.

El acusado afirma que en ese momento le siguió, cogió una barra de hierro que había clavada en la tierra y le asestó un primer golpe a la víctima cuando estaba de espaldas, aunque le dio tiempo a girarse un poco antes de recibir el primer impacto.

El hombre -que permanece en prisión preventiva desde que sucedieron los hechos- ha asegurado que no había pensado previamente en utilizar ese instrumento para agredir a su exjefe ni lo había colocado en el citado lugar previamente, sino que 'de algún modo se encontró con la barra en la mano' y le asestó varios golpes.

Tras recibir la primera agresión, la víctima trató de salir corriendo, pero el acusado reconoce que en ese momento le siguió 'de una manera automatizada' y le golpeó hasta que cayó de rodillas al suelo. En ese momento, Henri encontró una pala con la que intentó protegerse de los golpes que estaba recibiendo.

El acusado mantiene que una vez que la víctima cayó al suelo boca abajo cesó de golpearle, dejó la barra de hierro, se dio la vuelta y se fue a casa, sin que viera a nadie en el lugar de los hechos. Fue un día después de su detención, según su relato, cuando conoció que Henri había perdido la vida.

La segunda sesión del juicio está previsto que continúe este martes en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada.

ESCRITO DEL FISCAL

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, las relaciones entre el acusado y Henri D.G. y su esposa se habían deteriorado hasta el punto de que la víctima le denunció en agosto de 2010 ante la Guardia Civil, lo que motivó que un Juzgado de Almuñécar le condenara por una falta de amenazas a la prohibición de acercarse al matrimonio durante seis meses.

Meses más tarde, concretamente sobre las 16,50 horas del 1 de octubre de 2010, Henri se dirigió a la autocaravana de Gunter para pedirle que se marchara del lugar, tal y como había establecido la sentencia. Tras una breve discusión, el ahora fallecido se dio la vuelta para regresar a su casa, momento en que el acusado cogió una barra de hierro de 75 centímetros de longitud por 1,5 centímetros de grosor -de las que se usan para el encofrado de las obras- que había colocado previamente junto al arco del patio donde estaba situada la caravana y le golpeó.

Aprovechando que se encontraba de espaldas, añade el fiscal, le asestó varios golpes provocando que cayera al suelo boca abajo sin posibilidad de rehuir el ataque, y luego siguió golpeándole en la cabeza.

El ataque fue observado por la mujer, que pidió auxilio a un carpintero que estaba haciendo unos trabajos dentro de la vivienda conyugal y que pudo observar al hombre golpeándole en la nuca y el cráneo a la víctima con 'manifiesto ánimo de acabar con su vida'.

Dado que Henri se encontraba 'plenamente indefenso' en el suelo, el carpintero gritó al inculpado que iba a llamar a la Guardia Civil, a lo que éste reaccionado cesando en la agresión y metiéndose en la autocaravana, donde se cambió 'los pantalones manchados de sangre' a la espera de la llegada de los agentes.

Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada para salvar la vida del hombre, cuya autopsia determinó que se trató de una 'muerte violenta homicida', siendo la causa inmediata del fallecimiento una hemorragia subaracnoidea a causa de un traumatismo cranoencefálico.

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