SALUD

La atención psicológica al paciente con VIH, otro paso hacia la normalización

José Miguel Blanco afirma que nunca se ha sentido discriminado por tener VIH ya que tanto su círculo familiar como de amistades "no es amplio"

José Miguel Blanco acude al programa de atención psicológica a personas con VIH desde 2014, pocos meses después de saber que era seropositivo y con el objetivo, al igual que las casi 500 personas que también lo han hecho desde hace 18 años, de dar "un pasito más" a la hora de "normalizar" su situación.

El próximo 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del VIH y el sida, fecha para recordar una de las epidemias más destructivas de la historia pero también para subrayar que aunque los tratamientos antirretrovirales la han cronificado, los afectados pueden sufrir alteraciones psicológicas que repercuten en la dolencia.

Valencia fue una de las primeras ciudades españolas en tener este programa, puesto en marcha por el Comité Ciudadano Antisida en 1998 en tres hospitales y el Centro de Información para el Sida (CIPS) de Valencia, aunque desde 2014 la Conselleria de Sanidad dejó de financiarlo.

Desde entonces, el programa se mantiene con fondos propios y la colaboración del Ministerio de Sanidad, a través de la convocatoria de subvenciones a cargo del IRPF, unas ayudas insuficientes para un servicio que, a juicio del citado comité, debería estar incluido en la cartera de servicios de la asistencia sanitaria pública.

Así lo asegura su coordinador de la Comunitat Valenciana, José Manuel Canales, que reclama que el programa, que actualmente se ofrece en el CIPS y en las unidades de Enfermedades Infecciosas de los hospitales La Fe, Clínico y Doctor Peset, se extienda al resto de centros hospitalarios valencianos.

A su juicio, la atención psicológica es básica por las importantes repercusiones que tiene en el estado de ánimo ser diagnosticado: puede provocar depresión, trastornos de ansiedad o baja autoestima, lo que también puede afectar a la necesaria adherencia al tratamiento para hacer frente a la infección.

Este último aspecto es uno de los destacados por José Miguel Blanco, que explica que su vía de transmisión fue una relación sexual y recibió la noticia de que tenía el VIH "con perplejidad", aunque confiesa que no le "sorprendió tanto" porque tuvo varias relaciones y, "aunque tomaba medidas, en algún momento o lugar" dejó de hacerlo.

Con 45 años afirma que nunca se ha sentido discriminado por tener VIH ya que tanto su círculo familiar como de amistades "no es amplio", y reconoce que ha sufrido problemas de ansiedad que tiene controlados desde que le diagnosticaron, cuando tenía 22 años, una esquizofrenia hebefrénica.

Combina sus visitas al psiquiatra con las del psicólogo, algo que le ha ayudado a dar "un pasito más" a la hora de normalizar su situación, mantener su adherencia al tratamiento y "no dejarse estigmatizar".

Ahora recibe una pensión mensual, acude a un Centro de Día donde realiza talleres de informática, manualidades, escritura o pintura y forma parte de un programa piloto de pisos tutelados, aunque su objetivo, señala, es acceder a una vivienda social.

El programa de atención psicológica en el ámbito hospitalario cuenta con un único profesional, el psicólogo Carlos Gomáriz, quien destaca la necesidad de este servicio para "minimizar" el impacto psicológico que tiene para la personas afectada recibir el diagnóstico, que incluso llega a conocer por carta.

"Puede suponer una situación traumática. Nunca estás preparado para recibir una noticia de este tipo", afirma el experto.

Tras el primer impacto, los afectados deben afrontar un proceso de asimilación y aceptación, sufren una afectación clara de la autoestima, se preguntan cómo será su vida en el futuro y deben aprender a gestionar el miedo y la ira que pueden sentir al pensar que lo que les ha pasado es "injusto", afirma el psicólogo.

"Aunque hace 20 o 30 años una persona afectada por VIH pensaba que iba a morir, actualmente la infección se ha cronificado y tiene más en cuenta los problemas psicosociales que le pueden afectar, entre ellos el rechazo, algo que, por desgracia, sigue existiendo", relata.

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