Amigos del acusado ponen en duda que perdiera a los niños porque los controlaba de forma excesiva

Bretón compró 250 litros de gasóleo días antes del crimen

La testigo María Cintia Salguero, administrativa del establecimiento donde Bretón compró el gasóleo.
Amigos de José Bretón, acusado de matar a sus dos hijos en Córdoba, consideraron ayer imposible que el procesado perdiera a los niños en un parque de la ciudad, como él sostiene, porque siempre estaba pendiente de ellos y los controlaba de forma excesiva.
En la sesión de ayer del juicio, que se celebra en la Audiencia de Córdoba, los primeros testigos en declarar fueron empleados del establecimiento donde repostaba Bretón, acusado de quemar a sus hijos en una hoguera que supuestamente prendió con el gasóleo en su finca de Las Quemadillas. Según los testimonios, Bretón adquirió en ese establecimiento, dedicado al suministro para transportistas autónomos o taxistas, en las dos semanas previas a la desaparición de los pequeños 250 litros de gasóleo, después de que un vecino de la urbanización donde vivía en El Portil (Huelva) y que trabajaba en ese surtidor le presentara al dueño para que pudiera adquirir gasóleo a mejor precio.

Otro de los empleados explicó que el 7 de octubre, el día anterior de la desaparición de los niños, le llenó algunas garrafas, 'entre dos o tres', y las metió en el maletero.

Por su parte, la administrativo de la empresa dijo que el día 7 cobró a Bretón 80 euros por el gasóleo, aunque no vio si se llevó garrafas, y subrayó que llegó muy pronto al surtidor, justo después de dejar a los niños en el colegio y la guardería.

La empresa entregó cuatro facturas a la Policía de las otras tantas veces que repostó desde el 15 de septiembre. Así, el 19 de septiembre de 2011 repostó 29 litros; el día 23 de ese mes, 70; el 3 de octubre, 76, y el 7 de ese mismo mes, 75 litros.

Entre los amigos de Bretón, uno de ellos, que coincidió con él en la misión militar en Bosnia y que definió al acusado como 'muy listo', relató que ya desde el primer momento le pareció raro que se le despistaran los niños porque siempre estaba pendiente de dónde estaban.

Otro amigo, con quien Bretón trabajó varios años y con el que mantenía una relación de amistad, también ha asegurado que le pareció 'raro'. 'Me extrañó un poco porque él estaba muy pendiente, siempre mirando por dónde iban los niños', subrayó.

Madres de compañeros de guardería de los niños defendieron a Bretón como un buen padre, volcado con sus hijos, aunque 'excesivamente protector'. Responsables de la guardería corroboraron estas declaraciones, si bien recordaron que Bretón entraba en alguna ocasión al aula de la guardería para comprobar el estado de la botella de agua de su hijo que usaba semanalmente.

La sesión concluyó con la declaración de una exnovia de un amigo de colegio de Bretón, a la que llevaba 14 años sin ver y con la que quiso quedar el día mismo de su detención. La testigo no descartó que Bretón quisiera quedar con ella y entablar una relación para tener una coartada.

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