Casado refuerza su liderazgo en el PP y apela a unir el voto

<p> Casado saluda a sus simpatizantes, en una abarrotada plaza de toros de Valencia. </p>
photo_camera Casado saluda a sus simpatizantes, en una abarrotada plaza de toros de Valencia.

Los populares exhiben fuerza en Valencia como la única alternativa “viable” a Pedro Sánchez

El presidente del PP, Pablo Casado, cerró con un lleno en la plaza de toros de Valencia la convención nacional de su partido, en el que todos sus barones autonómicos le reafirmaron en el cargo y en el que, con un duro discurso, apeló a la unión del voto, a un “constitucionalismo militante”. Nueve mil personas en el interior del coliseo, tres mil fuera, según la cifra que dio el PP, permitieron a Casado hacer una exhibición de fuerza con la que mostrar que el PP ha vuelto, que es la única alternativa viable a Pedro Sánchez y llegará a La Moncloa.

Casado reivindicó un PP “sin complejos”, al que “no le tiemblen las piernas”, “unido como una piña”. “Aquí estamos otra vez con la cabeza alta, las manos blancas, los bolsillos limpios y el corazón enamorado de España”, proclamó el líder de los populares ante un público entregado, y a renglón seguido dio por superada su “travesía en el desierto”. Y apeló al voto útil cuando dijo que el PP es el único partido que garantiza que “una mayoría social de centroderecha se convierta en un Gobierno de centroderecha” y apuntó que los que buscaron sustituirles “se han ido quedando por el camino”, en alusión a Ciudadanos.

 

SIN MENCIONES A VOX

Nada explicitó sin embargo sobre el elefante en la habitación. Los populares no mencionan a Vox, aunque según todos los sondeos necesitarán al partido de Santiago Abascal para formar una mayoría. Sólo hay alusiones veladas como cuando el número dos del PP, Teodoro García Egea, señaló el sábado que su meta son los 176 diputados, la mayoría absoluta o, lo que es más plausible, un Gobierno en solitario. Y apuntó además que había sido un acierto gobernar solo con Ciudadanos en las comunidades autónomas.

Ayer domingo Casado llamó a unir el voto y a que conservadores y liberales vuelvan al PP. También apeló a los socialdemócratas que estén decepcionados con Pedro Sánchez, aunque no  incluyó ningún guiño a este electorado. Por el contrario, hizo duras críticas contra el Gobierno, por usar, a su juicio, el poder de forma despótica y pretender tutelar la vida de los españoles, y contra el socialismo, al que ha acusado de destruir todo lo que dice proteger.

Y se metió en la arena de la batalla ideológica, como le pidieron voces como el expresidente del Gobierno José María Aznar o incluso la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Casado anunció que nada más llegar al poder pondrá en marcha tres grandes planes nacionales de reformas estratégicas de institucionalidad, empleo y familia, y prometió transformar las propuestas recogidas en la convención en leyes, en programas y en compromisos útiles para solucionar los problemas de los ciudadanos.

Adelantó asimismo que recuperará la reforma del Partido Popular para garantizar las pensiones, que derogará la ley Celaá y la ley de memoria democrática, que creará un “Museo Nacional de Historia de España”. Por último, se comprometió a lograr la extradición del huido Puigdemont y la tipificación penal de los referéndums ilegales, como el intentado en Cataluña.

Recuperación de Valencia como el símbolo del futuro del partido

No ha olvidado Casado en Valencia las banderas tradicionales del PP: bajada de impuestos, como el de sucesiones y patrimonio, y mochila austríaca para reformar el mercado laboral. También ha pedido protección de la OTAN para Ceuta y Melilla y reivindicado la soberanía sobre Gibraltar.

Ha rechazado además “lecciones” de la izquierda sobre democracia, feminismo o ecología, al tiempo que ha sido firme contra el independentismo catalán o ha reivindicado al PP como el partido que derrotó a ETA. Un prolijo discurso con el que Casado se ha situado ya en La Moncloa y al presidente del Gobierno sin empleo y en el que no han faltado aplausos a los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, al rey, o la libertad.

Con atención seguían sus palabras los presidentes autonómicos del PP. Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juanma Moreno Bonilla (Andalucía), Isabel Díaz Ayuso (Madrid), Fernando López Miras (Murcia) y Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León) le han escuchado sentados en el coso valenciano, tras días de mensajes de respaldo.

Y con la polémica por el choque en Madrid acallada este domingo tras las palabras de la presidenta madrileña, que ayer se descartó como recambio a Casado y negó un salto nacional.

Todo ello con la recuperación de la plaza de toros de Valencia como un símbolo. El que dejaron de utilizar tras las municipales y autonómicas de 2015, que les llevó a perder el Gobierno de la Generalitat y la Alcaldía de Valencia

 

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