Las comuniones dan un ambiente de normalidad a la vida de Lorca

Los lorquinos están intentando recuperar la normalidad tras el devastador terremoto que sufrieron hace once días, que provocó nueve muertos y casi trescientos heridos, y una de las actividades para lograr ese objetivo son las comuniones de menores de edad que se celebraron ayer. En la vicaría episcopal de la Escuela de Teología estaban previstas ocho comuniones, aunque se redujeron a cinco porque en tres familias los padres prefirieron aplazarlas ante los perjuicios que han sufrido tras el seísmo.
El sacerdote que ofició la misa de estos cinco nuevos menores que reciben la primera comunión afirmó ante los familiares de los chavales que el de ayer era 'un día de gozo' que debe servir, entre otros motivos, para 'desahogar en el Señor nuestros anhelos'.

La madre de uno de los chicos, Montserrat Ruiz, explicó que decidieron celebrar la comunión para 'recuperar la normalidad' y para 'disfrutar' así como para 'olvidar' los sufrimientos que han padecido los últimos días. 'Queremos seguir la rutina y volver al ritmo normal de las cosas', subrayó en las puertas del lugar elegido para la primera comunión de su hijo, en el que aún hay numerosos restos de escombros de edificios afectados por el seísmo.


DEMOLICIONES

Las demoliciones controladas del Residencial Princesa, en el barrio lorquino de La Viña, y del edificio Benemérita, en el barrio de Alfonso X, continuaron ayer pese a ser jornada electoral, que sí paralizó las obras de apuntalamiento, desescombro y reforma de viviendas y edificios públicos. El consistorio mantuvo operativo un retén municipal de atención a la líneas telefónicas 900 de asistencia e información al ciudadano.

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