La Audiencia de Barcelona ha condenado a 18 años de prisión al boliviano Lorenzo C. por asesinar a su mujer en el piso que compartían en Sant Pere de Ribes (Barcelona) y meter su cadáver en una maleta que abandonó en la portería de un edificio de Barcelona.
En la noche del 21 de septiembre de 2009, el acusado golpeó a su pareja, la asfixió tapándole la nariz y después la ató y la apretó con una cuerda al cuello durante al menos cinco minutos hasta matarla, según recoge la sentencia.
Tras cubrirle la cabeza con bolsas de plástico, meterle un papel en la boca y atar el cadáver con una sábana, lo metió en una maleta y sobre las 21 horas del mismo día cogió un autobús hacia Barcelona, bajándose en la parada de La Campana y dejando la maleta en la portería de un edificio de la Gran Vía, tras lo que regresó al piso 'para eliminar los restos más evidentes del crimen'.
Lorenzo C. aquella noche había bebido, aunque no lo suficiente para alterar sus facultades y, aunque tiene un nivel cultural bajo, esto no le impedía 'comprender el alcance de sus actos ni las consecuencias que de los mismos se derivan', según la sentencia.
De hecho, durante los meses anteriores al asesinato mantuvo una conducta agresiva y de dominación hacia su pareja, agrediéndola e incluso amenazándola de muerte en varias ocasiones, lo que animó a su víctima a reclamar protección judicial aunque posteriormente retiró la denuncia.
La noche anterior al asesinato la pareja salió por varios locales de Sitges (Barcelona) y mantuvieron una discusión en el paseo marítimo en la que tuvo que intervenir la Policía Local.
Por estos hechos y tras haberse celebrado la vista con jurado popular, el magistrado de la Audiencia de Barcelona ha condenado a Lorenzo C. a 17 años y seis meses de prisión por asesinato con alevosía, y a seis meses más por el delito de maltrato habitual entre pareja.
Además, deberá indemnizar con 100.000 euros al hijo que tenían en común y que vivía con sus abuelos maternos en Bolivia, y a los padres de la víctima con 65.000 euros.
Tras cubrirle la cabeza con bolsas de plástico, meterle un papel en la boca y atar el cadáver con una sábana, lo metió en una maleta y sobre las 21 horas del mismo día cogió un autobús hacia Barcelona, bajándose en la parada de La Campana y dejando la maleta en la portería de un edificio de la Gran Vía, tras lo que regresó al piso 'para eliminar los restos más evidentes del crimen'.
Lorenzo C. aquella noche había bebido, aunque no lo suficiente para alterar sus facultades y, aunque tiene un nivel cultural bajo, esto no le impedía 'comprender el alcance de sus actos ni las consecuencias que de los mismos se derivan', según la sentencia.
De hecho, durante los meses anteriores al asesinato mantuvo una conducta agresiva y de dominación hacia su pareja, agrediéndola e incluso amenazándola de muerte en varias ocasiones, lo que animó a su víctima a reclamar protección judicial aunque posteriormente retiró la denuncia.
La noche anterior al asesinato la pareja salió por varios locales de Sitges (Barcelona) y mantuvieron una discusión en el paseo marítimo en la que tuvo que intervenir la Policía Local.
Por estos hechos y tras haberse celebrado la vista con jurado popular, el magistrado de la Audiencia de Barcelona ha condenado a Lorenzo C. a 17 años y seis meses de prisión por asesinato con alevosía, y a seis meses más por el delito de maltrato habitual entre pareja.
Además, deberá indemnizar con 100.000 euros al hijo que tenían en común y que vivía con sus abuelos maternos en Bolivia, y a los padres de la víctima con 65.000 euros.
