CASO GÜRTEL

Correa elude dar el nombre de los blanqueadores

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"No lo voy a decir porque sería una revolución, saldría esta tarde en todos los periódicos, sería una historia rara"

El cabecilla de la Gürtel, Francisco Correa, ha afirmado que cuando propuso al "blanqueador" de la trama, Ramón Blanco Balín, regularizar su dinero fuera de España, éste se negó porque tenía clientes muy importantes, aunque prefiere no detallar quiénes porque "sería una revolución".

Durante su interrogatorio ante el tribunal del juicio de Gürtel, Correa ha afirmado que en 2005 decidió que Blanco Balín -que fue directivo de Repsol e inspector de Hacienda- llevara sus empresas y las de la trama fuera de España porque era un hombre "con una trayectoria muy importante" que "asesoraba a grandes empresarios y a una persona muy importante en este país, que no voy a nombrar".

Ha afirmado que en 2008, después de que registraran el despacho de Blanco Balín, le propuso regularizar su dinero fuera y Blanco Balín le contestó que no lo hiciera porque este último trabajaba en un despacho en Ginebra muy importante y tenía clientes muy importantes.

En ese momento, ha avisado: "No lo voy a decir porque sería una revolución, saldría esta tarde en todos los periódicos, sería una historia rara".

Según ha confesado, Blanco Balín le gestionaba empresas en Jersey (Reino Unido) en las que Correa no aparecía, porque quería permanecer "opaco".

A Correa, que se enfrenta a 125 años de cárcel, la Fiscalía le imputa haber liderado desde 1999 hasta 2009 "un entramado societario y personal dirigido a enriquecerse ilícitamente con cargo a fondos públicos" y contó para ello con la colaboración de una serie de políticos a los que compensaba con pagos en especie.

Según Anticorrupción, en ese periodo cobró más de 40 millones de euros de adjudicaciones supuestamente irregulares, que ocultó a la Hacienda Pública. 

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