La democristiana Núria De Gispert, reelegida presidenta del Parlament

Núria de Gispert, en el hemiciclo del Parlament.
El Parlament ha reelegido como presidenta a la democristiana Núria de Gispert y a la republicana Anna Simó como vicepresidenta primera, en la sesión de constitución que ha dado comienzo a la X legislatura catalana y que abre un plazo de díez días hábiles para la investidura del presidente catalán.
De Gispert ha sido elegida por 79 votos a favor, 52 abstenciones y 3 nulos, mientras que Simó ha obtenido 67 votos y el vicepresidente segundo, el convergente Lluís Maria Corominas, ha recibido 54, en una segunda votación en la que ha habido nueve votos en blanco y tres nulos.

En el momento de negociar la composición de la Mesa, los partidos ya acordaron cómo repartirían sus 135 votos para que diera un resultado proporcional con la ley d'Hondt, según han informado a Efe fuentes parlamentarias, lo que quiere decir que cada miembro escogido cuenta también con votos de otras formaciones.

En el marco de estas negociaciones, el PSC se mostró en contra de este sistema por considerar que CiU y ERC 'son un bloque gubernamental' que debería producir 'una distribución diferente', según han informado a Efe fuentes socialistas.

De Gispert (Barcelona, 1949) se ha mostrado visiblemente emocionada durante las votaciones y en el momento en el que ha sido ratificada como presidenta del Parlament, cargo que ya ocupó durante los dos años escasos que duró la anterior legislatura.

Las cuatro secretarías de la Mesa, ratificadas en una tercera votación, estarán ocupadas por representantes del PSC, PP, CiU e ICV-EUiA, por este mismo orden, de manera que habrá miembros de todos los grupos menos Ciutadans y la CUP, y será por tanto más plural que la anterior.

El socialista Miquel Iceta ocupará la secretaría primera, el popular Pere Calbó tendrá la segunda, el convergente Josep Rull la tercera y el ecosocialista David Compañón la cuarta.

La sesión de constitución del Parlament abre a partir de hoy un plazo de díez días para la investidura del presidente de la Generalitat, en un momento en el que las negociaciones CiU-ERC están encalladas, lo que podría obligar a apurar el plazo al máximo.

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