La educación vuelve a primera línea de la confrontación entre formaciones políticas

La reforma que ha puesto sobre la mesa el ministro de Educación, José Ignacio Wert, devolvió a la educación a la primera línea de la confrontación política, y, como las siete reformas anteriores que se realizaron en la democracia, volvió a enfrentar a los sectores educativos e ideológicos.
La reforma afecta a varios de los ciclos educativos más importantes (a la Educación Secundaria Obligatoria, al Bachillerato y a la Formación Profesional de grado medio) aunque las reacciones más enfrentadas fueron las referidas a la futura desaparición de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y su sustitución por la de Educación Cívica y Constitucional.

Así, desde las comunidades gobernadas por el PP se aplaudió la intención del Ejecutivo de poner fin a una asignatura que tacharon de 'doctrinaria', tesis que secundaron muchas organizaciones educativas, frente a las autonomías dirigidas por el PSOE, que instan al departamento que dirige Wert a aclarar por qué está mal enfocada o por qué la nueva asignatura no va a ser sectaria. Los cambios planteados por Wert supondrán también una reducción a tres años de la ESO (ahora son cuatro), y la ampliación a tres años (ahora son dos) de los ciclos de Bachillerato y de FP de grado medio.

Desde el PSOE, el portavoz parlamentario de Educación, Mario Bedera, aseguró que serán 'beligerantes' ante cualquier ataque a la igualdad de oportunidades, y el candidato a la secretaria general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió contra los 'pasos atrás' del Gobierno en algunas materias.

En la misma línea, el presidente de la Junta de Andalucía, Jose Antonio Griñán, defendió la Educación para la Ciudadanía (EpC) y ha instado al Gobierno a aclarar en qué está mal enfocada. En el lado contrario, la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, calificó de 'muy acertada' la medida se suprimir la EpC, que tachó de 'asignatura de adoctrinamiento'.

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