Erupción en La Palma: el volcán de Cumbre Vieja vuelve a la actividad 50 años después

photo_camera La erupción volcánica de La Palma tiene dos fisuras, separadas unos 200 metros, y ocho bocas por las que emerge la lava, ha explicado el director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias, Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.  
Las autoridades de la isla ordenaron la evacuación de 10.000 personas de núcleos próximos a la zona entre cascadas de lava

Después de más de 25.000 pequeños seísmos que no han dejado de sacudir La Palma durante ocho días y habían elevado la isla 15 centímetros, el magma que empujaba bajo el suelo se abrió camino: desde las 15.10 horas de ayer La Palma vive su octavo volcán en tiempos históricos, de nuevo en la Cumbre Vieja.

La erupción estallaba en el municipio de El Paso, uno de los cuatro que estaban en alerta por riesgo volcánico desde el lunes pasado, en una zona escarpada de pinares conocida como Cabeza de Vaca, sin viviendas en su círculo más próximo. Pero sí hay núcleos de casas ladera abajo, que eran evacuadas expuestas a las coladas de lava, y hay numerosas viviendas afectadas.

El volcán comenzó a rugir en forma de una sacudida y una fuerte explosión que generó una columna de cenizas, a la que pronto siguieron borbotones de lava elevándose muchos metros sobre el suelo desde varias bocas eruptivas. Hasta siete contaban los expertos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán).

Desde hace días, Involcán y el Instituto Geográfico Nacional, los dos organismos científicos que tenían monitorizada la isla, venían advirtiendo de que el proceso sísmico se estaba acelerando, de que los terremotos tenían focos cada vez más someros (20 kilómetros, 10, 8, 5, hasta solo 100 metros los últimos), por lo que no descartaban que pudiera terminar en una erupción. Pero sus diferentes portavoces insistían que no se podía predecir ni dónde ni cuándo iba a estallar el volcán... Ni siquiera si iba a hacerlo.

Material volcánico

El Involcán calculaba que bajo el suelo se había acumulado un reservorio de magma de 11 millones metros cúbicos que presionaba por salir, la cuarta parte del volumen de materiales volcánicos que emitió en sus 24 días de fuego el Teneguía (1971), el último volcán que había vivido La Palma hasta la fecha (43 millones de m3).

Cuando el volcán estalló, las evacuaciones ya habían comenzado: en El Paso, Mazo, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente las autoridades estaban sacando de sus casas a los vecinos con problemas de movilidad. Y el resto de habitantes de la zona había recibido charlas todos estos días de cómo prepararse para abandonar su casa.

Unas imágenes tomadas desde el aire facilitadas ya mostraban ayer que varias casas han sido arrolladas por las primeras coladas de lava ladera abajo del lugar donde estalló el volcán.

La Palma había sufrido hasta la fecha siete erupciones desde que hay registros históricos, desde la Conquista de Canarias del siglo XV, todas en el entorno de la Cumbre Vieja. Las últimas fueron en el siglo XX: el volcán de San Juan (1949), donde duró 47 días, y el volcán de Teneguía (1971), donde se prologó 24 días. 

La Cumbre Vieja es uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias. La erupción de ayer se produce 50 años después de la última, que tuvo lugar del 26 de octubre al 18 de noviembre de 1971, y que provocó una víctima por inhalación de gases.

Las autoridades de la isla, que ayer a última hora recibían al presidente del Gobierno después de que éste se trasladara tras anular su viaje a Nueva York, no han facilitado una cifra de evacuados, pero los ayuntamientos de la zona apuntan que son varios cientos: los que viven en las zonas más cercanas y, sobre todo, los que tiene casa en el corredor por donde se prevé que va a bajar la lava. De momento, se ha visto que las coladas avanzan despacio, no son muy fluidas, lo que facilita las evacuaciones.  Las autoridades comenzaban ayer la evacuación en las zonas de La Palma más expuestas a la erupción  a entre 5.000 y 10.000 personas, según anunciaba ayer por la noche la Guardia Civil.

Su aspecto es el del clásico “malpaís”, como se denomina en Canarias a las viejas coladas de lava que miles de turistas pueden ver cada día en los Parques Nacionales del Teide y Timanfaya, en Tenerife y Lanzarote. Por lo que está viendo, se trata de una erupción que podría durar semanas; como mucho dos meses, según su criterio.

El semáforo de riesgo volcánico en la isla ya ha pasado de amarillo (nivel 2 de 4) a rojo (3) y se ha pedido a los ciudadanos que no hayan sido evacuados que se protejan de las cenizas y se queden en casa. El comité científico del Plan de Protección frente a Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) está reunido y esta noche se espera que ofrezca nuevas indicaciones. Por precaución, en la jornada de hoy no habrá clases en ningún centro educativo de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte. 

Este nuevo volcán surge cuando estaban a punto de cumplirse diez años de la erupción submarina de El Hierro, que formó el volcán Tagoro bajo el Mar de Las Calmas.

La seguridad de los habitantes, “garantizada”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo desde La Palma que la seguridad de los ciudadanos ante la erupción volcánica está garantizada, y aseguró que cualquier daño material producido por el volcán será repuesto cuanto antes. Acompañado por el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, y por el presidente del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, Sánchez dijo que todos los instrumentos y efectivos precisos están desplegados y “se pone a prueba el sistema nacional de Protección Civil y que una vez mas está dando la talla”. 

Sánchez llegó a la isla de La Palma tras aplazar su viaje a Nueva York, donde acudía a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

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