Un hombre de 56 años, M.P.P., ha fallecido al explotar unas diez docenas de cohetes que tenía almacenados en un hórreo situado en la localidad de Perlleces, en el concejo asturiano de Cangas de Onís.
Los restos mortales del hombre han tenido que ser rescatados de entre los escombros del hórreo, que quedó totalmente destrozado, por efectivos de Bomberos de Asturias con base en los parques de Piloña y Cangas de Onís.
Al parecer, los cohetes se encontraban en una bodega de hormigón situada bajo el hórreo e iban a ser utilizados en las fiestas de la localidad, que se celebrarán la próxima semana, según han señalado a Efe algunos vecinos.
Fuentes del servicio de emergencias 112-Asturias han concretado que los voladores que había en este recinto contenían unos 5 kilos de pólvora.
Vecinos del fallecido han señalado que la explosión tuvo lugar hacia las 10.00 horas cuando el hombre estaba solo y, al parecer, afilando una guadaña con una herramienta eléctrica.
Una de las chispas pudo haber caído sobre el material pirotécnico y haber provocado la explosión, que llegó a oirse a unos dos kilómetros de distancia y que provocó una gran humareda.
La onda expansiva provocó también daños en la vivienda del fallecido, situada a un metro escaso del hórreo, donde rompió puertas y cristales.
Varias dotaciones de Bomberos de Asturias se desplazaron hasta la zona y, tras comprobar que no había más personas afectadas por la explosión, precintaron la zona y procedieron al rescate del fallecido, que había quedado atrapado por una viga.
En el lugar también se personó el equipo médico de la UVI-móvil de Arriondas que certificó su muerte.
Al parecer, los cohetes se encontraban en una bodega de hormigón situada bajo el hórreo e iban a ser utilizados en las fiestas de la localidad, que se celebrarán la próxima semana, según han señalado a Efe algunos vecinos.
Fuentes del servicio de emergencias 112-Asturias han concretado que los voladores que había en este recinto contenían unos 5 kilos de pólvora.
Vecinos del fallecido han señalado que la explosión tuvo lugar hacia las 10.00 horas cuando el hombre estaba solo y, al parecer, afilando una guadaña con una herramienta eléctrica.
Una de las chispas pudo haber caído sobre el material pirotécnico y haber provocado la explosión, que llegó a oirse a unos dos kilómetros de distancia y que provocó una gran humareda.
La onda expansiva provocó también daños en la vivienda del fallecido, situada a un metro escaso del hórreo, donde rompió puertas y cristales.
Varias dotaciones de Bomberos de Asturias se desplazaron hasta la zona y, tras comprobar que no había más personas afectadas por la explosión, precintaron la zona y procedieron al rescate del fallecido, que había quedado atrapado por una viga.
En el lugar también se personó el equipo médico de la UVI-móvil de Arriondas que certificó su muerte.
