La acusación particular recordó que el acusado dio lejía y desincrustante a tres de las víctimas

La Fiscalía imputa al celador de Olot por once asesinatos

El furgón policial que trasladaba al acusado llega a los juzgados de Olot. (Foto: ROBIN TOWNSEND)
Alevosía y ensañamiento son las agravantes que el fiscal y la acusación particular imputan al presunto asesino del geriátrico de Olot, Joan V., al que se acusa de acabar con la vida de once ancianos, y que ayer pasó el último trámite previo a su futuro juicio. El abogado de las familias de siete de las víctimas, Rafael Berga, confirmó la imputación de los once delitos de asesinato, todos ellos con alevosía y, en tres de los casos, con ensañamiento.
Berga justificó la petición ante el juez de esta última circunstancia agravante en que, en los tres últimos presuntos homicidios, el acusado produjo voluntariamente 'una muerte muy dolorosa'. 'Los tres últimos fueron gente que sufrió mucho, que pasó horas sufriendo y a los que se les tuvo que dar medicación para mitigar este sufrimiento', detalló el abogado en declaraciones a la prensa.

Según Rafael Berga, a estas tres víctimas 'se les dio lejía o desincrustante, como ya se sabe porque trascendió a los medios de comunicación, y es evidente que hubo ensañamiento'. 'El acusado buscaba un mayor dolor para las víctimas porque, antes de esas tres últimas muertes, él ya había experimentado lo que sufrían las anteriores y, a pesar de ello, siguió utilizando el mismo método', indicó Berga.

El letrado confirmó, por otra parte, que el fiscal aceptó también una petición de atenuante de confesión a la que sus representados no se adhirieron y que sólo entenderían en el caso de dos de los homicidios, 'porque sirvieron para poner a la policía sobre la pista'. 'Respecto al resto ya habían exhumaciones, practicada la detención, hecho confesar (al acusado) y, por tanto, no vemos la presencia de este atenuante', dijo.

El abogado de la acusación particular destacó, además, la 'lucidez' de Joan V. a raíz de una entrevista, en la que alegaba problemas psiquiátricos y con el alcohol. 'Explicó que iba medio bebido, colapsado por el trabajo y que lo que necesitaba era un buen psicólogo y psiquiatra, lo que más le favorece para un juicio futuro', manifestó.

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