El Gobierno de Rajoy intentó restar notoriedad a los primeros escraches

El Gobierno de Mariano Rajoy dio instrucciones para mantener un perfil bajo cuando se produjeron los primeros escraches a cargos del Partido Popular, una estrategia que cambió cuando se intensificaron esos actos, según indican fuentes 'populares'.
Activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o 'Stop Desahucios' empezaron a practicar los primeros escraches a mediados de marzo, con el fin de influir en el sentido del voto de los parlamentarios en línea con la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la dación en pago promovida por esas plataformas y avalada por 1,4 millones de firmas. Aunque el Gobierno condenó públicamente esos actos y el propio Mariano Rajoy habló de comportamiento 'profundamente antidemocrático', la instrucción del Ejecutivo a los suyos fue mantener un perfil bajo y no echar leña al fuego. Una decisión no compartidas por todos en el PP y en el Gobierno.

Sin embargo, esa estrategia cambió cuando en la primera semana de mayo los escraches contra cargos del PP se intensificaron. La propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, sufrió uno el pasado 5 de abril en su domicilio de Madrid, en el que estaban en ese momento su hijo, su madre y ella misma. Un día antes, se había producido otro contra la diputada Belén Bajo.

Paralelamente, el PP empezó a subir el tono de la denuncia pública. La propia secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, calificó los escraches de 'nazismo puro', unas declaraciones que han sido duramente criticadas por todos los partidos de la oposición. Hasta el momento, el PP tiene contabilizados casi una veintena de escraches a sus diputados.

Te puede interesar