Iglesias y Rivera entran en el Congreso por anticipado

Rivera dentro del hemiciclo del Congreso.
photo_camera Rivera dentro del hemiciclo del Congreso.

La atención se la han llevado ellos. Pablo Iglesias y Albert Rivera acudieron al Congreso en el día de puertas abiertas con recibimientos dispares para uno y otro.

Albert Rivera y Pablo Iglesias han acaparado hoy la atención en la jornada de puertas abiertas del Congreso, donde Iglesias ha tenido un rifirrafe con la veterana del PP Celia Villalobos a cuenta de la corrupción, mientras que Rivera ha sido recibido con aplausos y despedido con lágrimas.

El candidato de Podemos, que ha llegado el primero y con ganas de sentarse en el escaño del presidente del Gobierno, ha logrado sacar de sus casillas a Villalobos, que le ha saludado cordial en el relevo para que fuera entrevistado en el programa especial que RNE ha emitido desde el hemiciclo.

La espita la ha abierto Iglesias al señalar a la vicepresidenta de la cámara que "la realidad está más fuera del Parlamento que dentro", a lo que ella ha replicado reivindicando su experiencia y presumiendo de "mochila", "una mochila, Celia, en la que hay demasiada corrupción y demasiadas cosas feas", ha contraatacado él.

Cada vez más enfadada, Villalobos se ha empeñado en convencer a Iglesias de que los corruptos son las personas, no los partidos, y de que los casos de corrupción del PP a quienes más les "jode" es a ellos.

"Quiero sentarme donde se sienta el presidente del Gobierno", ha aseverado el candidato Iglesias, dispuesto a ocupar el escaño de Mariano Rajoy, mientras alguien le aconsejaba que mejor se sentara en el que habían ocupado Zapatero y Felipe González, en la bancada de enfrente.

Tras obedecer, algunos de los presentes le han jaleado al grito de "¡presidente!", al tiempo que otros le abucheaban con un "¡fuera!, ¡fuera!", mientras él declaraba solemne: "Sería un honor estar sentado aquí con mis ministras y mis ministros".

"No me convence, es un 'perroflauta'", censuraba a pocos metros Marimar, de 49 años, que aunque vive en Navarra ha venido unos días a Madrid para ver a su hija, que está estudiando en la universidad.

Para el joven Sergio, que ha liderado el abucheo a Iglesias, el líder de Podemos es sólo un "buen ejemplo como estudiante y tiene capacidad para ser político, pero no estadista".

A sus 18 años, Sergio admira al portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, cuyo asiento ha ocupado orgulloso, mientras que a su lado, su amigo Carlos, de 17, comentaba al propio Hernando que "sería un buen sucesor".

"Con trabajo todo se consigue", ha respondido el portavoz popular a estos dos estudiantes que la semana que viene, cuando Carlos cumpla los 18, tienen previsto afiliarse al PP.

Pablo Iglesias, que ha recordado que él ya había estado en el hemiciclo hace 17 años, con una visita de la Facultad, cuando estudiaba Derecho, no ha coincidido en el Congreso con Albert Rivera, recibido con aplausos a su entrada en el salón de plenos y despedido con lágrimas en el patio, las de un señor mayor que le ha prometido su voto y le ha ofrecido "cambiar entre todos esto".

"¿Hay que pagar impuestos para saludarle?", ha espetado a Rivera en el pasillo otro ciudadano con la mano tendida.

Rivera, que no se ha sentado en ningún escaño, ha dado besos, apretones de mano y abrazos, se ha hecho fotos y ha recibido piropos: "Es muy majo, muy guapo y le hemos dicho que le hemos visto hasta desnudo", ha explicado Marcelina, de 83 años, muy contenta y con el voto "muy claro, a Rajoy".

El eclipse de los emergentes no ha impedido que, en un día como hoy, otros representantes políticos y candidatos se hayan dejado caer para charlar con los visitantes.

"Anda, Víctor Manuel", ha exclamado una señora al ver a Cayo Lara (IU), mientras con Andrés Herzog (UPyD) otro ciudadano comentaba lo "impactante" que es el hemiciclo y con Antonio Hernando (PSOE) se hacía una foto un votante de Barcelona, de 49 años, que, aunque ha tenido "ganas" de cambiar su voto a otro partido, no lo hará, "porque hay que ser crítico desde dentro".

Más de 3.000 personas han visitado el Congreso en las primeras seis horas de unas jornadas que hoy terminarán a las 19.00 horas y continuarán mañana.

Un juez de paz de 75 años de Bélgida (Valencia) ha sido este año el primero en entrar, de la mano del presidente, Jesús Posada, que ve "la misma animación o incluso más que otros años".

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