Incidentes en la retirada de los restos de Primo de Rivera

Falangistas se enfrentaron a la policía en el cementerio de San Isidro, en Madrid.
photo_camera Falangistas se enfrentaron a la policía en el cementerio de San Isidro, en Madrid.
La Policía impidió el acceso de falangistas al cementerio de San Isidro, donde quedaron depositados

La Policía Nacional detuvo a tres personas tras el altercado registrado entre los seguidores de José Antonio Primo de Rivera y las fuerzas de seguridad a la llegada del cortejo fúnebre con los restos del fundador de Falange Española, ayer en el cementerio de San Isidro en Madrid.

Las detenciones se registraron después de que cerca de 200 falangistas rompiesen la barrera policial que les alejaba de la necrópolis y forcejaran con agentes en el momento en el que llegaban los restos del político, exhumado del Valle de Cuelgamuros.

Con gritos de “Arriba España”, “Gobierno criminal” y “Primero asesináis y luego profanáis”, los falangistas se reunieron frente al cementerio protestando por la exhumación de los restos de Primo de Rivera. Cuando llegó el coche fúnebre, salvaron la barrera policial desplegada y se enfrentaron a los agentes.

Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera salieron de Cuelgamuros aproximadamente a las 12,50 horas de la mañana, donde permanecían desde el año 1959, rumbo al cementerio de San Isidro, después de un acuerdo entre los familiares y el Gobierno. Los trabajos de exhumación se realizaron en presencia de familiares y miembros de Patrimonio Nacional y sin representantes del Gobierno. Al menos dos vehículos fúnebres accedieron al recinto minutos antes de las ocho de la mañana para trasladar los restos.

La exhumación del fundador de Falange se produjo en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que prohíbe que dirigentes del golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y el franquismo permanezcan inhumados “en un lugar preeminente de acceso público, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación”, según indica el texto aprobado el pasado mes de octubre.

Hasta ayer, su tumba se encontraba frente al altar mayor de la basílica del Valle, junto al lugar donde estaba la del dictador Francisco Franco, hasta que fue exhumado en octubre de 2019 y trasladado al cementerio de Mingorrubio en El Pardo.

Según la ley de Memoria, Primo de Rivera podía continuar inhumado en el Valle, como víctima de la guerra -fue fusilado por el bando republicano en noviembre de 1936 en Alicante- pero no en un lugar preeminente. En todo caso, su familia trasladó la petición de sacar sus restos para así dar cumplimiento a su testamento, que sus restos descansaran en un lugar católico. Ayer se cumplían 120 años del nacimiento de Primo de Rivera, el 24 de abril de 1903.

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