El presidente en funciones del Senado, Javier Rojo, ha abogado hoy en Pamplona por que el PSOE gestione la derrota electoral con responsabilidad y 'mucha claridad', por lo que ha defendido la necesidad de 'abrir las ventanas y las puertas' a la ciudadanía.
'Hay que tener claro qué piensan los ciudadanos. Si sólo nos escuchamos a nosotros mismos nos habremos equivocado', ha dicho en el espacio radiofónico 'Foro SER Navarra', que hoy ha inaugurado en Pamplona.
Según Rojo, el futuro de su partido 'no va de reparto de nada sino de ver qué reclama la sociedad', por lo que ha apuntado que ahora 'no toca' hablar de candidatos a la secretaría general, un cargo que hoy 'es más de carga que de gloria', sino de que la sociedad vea en el PSOE un proyecto en 'sintonía máxima' con ella, lo que ha definido como 'servicio, servicio, servicio'.
En este sentido, ha sostenido que José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno 'hizo lo que tenía que hacer para que España no se precipitara por el abismo', pero el PSOE ha perdido las elecciones porque 'se ha votado una oportunidad para fortalecer la esperanza en la recuperación'.
Ha advertido, sin embargo, que la 'angustia social' que han generado las consecuencias de la crisis 'se está llevando por delante' gobiernos democráticos en Europa de izquierdas y de derechas, porque se ha 'dejado que los mercados y los poderes financieros marquen la senda política', como si 'la no política fuera otra forma de hacer política', y ésta es una 'senda muy peligrosa'.
En este sentido ha aventurado que, bajo el pretexto de que 'no hay más remedio', se van a llevar a cabo, también en España, 'ajustes sin precedentes' que originarán 'una sociedad más desigual'.
A su juicio, lo que se precisa es 'una política democrática' con 'proyectos racionales' que estén 'centrados en el ser humano', una política que sea 'valiente' para explicar 'qué se va a hacer y por qué' y recupere así la confianza de la ciudadanía.
Javier Rojo ha sostenido al respecto que Europa requiere unidad política y económica, no sólo monetaria, pero además 'transparencia en todo', en los partidos, las empresas, el sistema financiero, los mercados, la entidades religiosas y el sector público para tener 'una democracia de calidad' que 'dará más credibilidad a la política'.
Un modelo en la que ha considerado que 'los partidos son fundamentales porque cuando se deja la política al margen se ocupan esos espacios y pasa lo que pasa', si bien ha señalado que las fuerzas políticas están obligadas a una reflexión 'más de futuro que de pasado' ante una avance social que les 'ha adelantado'.
