Murillo se despista ante los micrófonos de la sala de vistas, que han recogido '¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!'

La juez Murillo vuelve a 'eclipsar' con una de sus frases

La jueza murillo durante la audiencia (Foto: EFE)
La juez de la Audiencia Nacional Ángela Murillo se hizo 'famosa' por sus 'célebres' frases en los juicios. 'Por mí, como si quiere beber vino', en contestación a Arnaldo Otegi cuando éste le pidió agua, fue la cita con la que dio el salto en 2010 a su popularidad al margen de su profesión. '¿Un tiro en la nuca a seres inocentes es violencia política?', es otra de las intervenciones que protagonizó en junio pasado ante la acusada Miren Zabaleta. Este miércoles, la mediática juez se ha despistado ante los micrófonos de la sala de vistas, que recogían las palabras de '¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!'.
La juez de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, ha llamado 'cabrones' este miércoles al ex jefe militar de ETA, Javier García Gaztelu, 'Txapote', y otros tres etarras por su indiferencia ante el dolor de una víctima relatando su experiencia.

Adoración Zubeldia, viuda del concejal de UPN en Leitza (Navarra), ha relatado entre lágrimas cómo se produjo el atentado en 2001. 'Salí al balcón, y lo vi en una esquina, lo vi que estaba contra un arbusto y que se estaba quemando a la vez que la furgoneta', ha declarado.

También ha relatado su situación actual, todavía en 'tratamiento' por las secuelas del atentado, y ha explicado que antes de él, su marido había recibido amenazas, al tiempo que aseguraba cómo podrían haber asesinado a su hijo ya que cogía el vehículo 'muchas veces para ir a trabajar'.

'Txapote', que ha contemplado el testimonio de la víctima sin realizar ningún gesto, y dos de sus compañeros de banquillo -los miembros del 'comando Argala' Andoni Otegi y Óscar Celarain-, se han negado a obedecer a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, y ni siquiera se han puesto en pie para decir que no iban a participar en el procedimiento, en el que se enfrentan a penas de entre 38 y 48 años de cárcel.

Otegi ha guardado silencio a pesar de que el pasado jueves aseguró en otro juicio que se vivían 'tiempos en los que esto se tiene que solucionar'. Tanto él como Celarain han imitado a 'Txapote' y, sin levantarse de la silla que ocupaban, se han negado a contestar las preguntas del fiscal Carlos Bautista y del resto de partes.

Al tercer interrogatorio, Murillo ha desistido y ha señalado a Celarain: 'Da igual, quédese sentadito, pero primero va a escuchar lo que yo le voy a decir'. Poco después, ha pedido a las Fuerzas de Seguridad que les cambiaran de sitio para que dejaran de hablar entre ellos.

Al término de la declaración como testigo de la viuda de Múgica, los micrófonos de la sala de vistas han recogido unas críticas a la actitud de los acusados, realizadas por la Juez Murillo: '¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones', ha dicho.

SEGUIDA EN LAS REDES SOCIALES

La primera juez que accedió a la Audiencia Nacional y que fue nombrada presidenta de una Sección de la Sala de lo Penal, también 'se hizo notar' por lo que iba a ser una retaíla de 'frases célebres' en sus juicios, que comenzaron en 2010, cuando en uno contestaba a Arnaldo Otegi 'Por mí, como si quiere beber vino', en respuesta a la petición de éste de beber agua.

El comentario de la magistrada provocó una enorme repercusión en las redes sociales hasta el punto de que se crearon varios grupos en Facebook ('Señoras que juzgan a Otegi', entre ellos) que todavía hoy reúnen a más de 6.000 seguidores.

Otra 'frase para recordar', aconteció en ese mismo procedimiento cuando Otegi se negaba a responder una pregunta diciendo que no iba a contestarla. Entonces, la juez replicó en un tono irónico: 'Eso ya lo sabía yo'.

En un juicio de este junio pasado, la acusada Miren Zabaleta habló de 'violencia política' para referirse a ETA, y la Juez Murillo le preguntó: '¿Un tiro en la nuca a seres inocentes es violencia política?'. Ese mismo día el testigo y ex portavoz de Batasuna Rufi Etxeberria se daba un fuerte abrazo con Otegi cuando accedió a la sala de vistas. Entonces, la magistrada debía preguntarle si conocía a alguien presente, pero se contestó a sí misma diciendo: 'Le conoce y le quiere una barbaridad, por lo que he visto'.

La juez también protagonizó otro enfrentamiento con una etarra el 14 de julio pasado cuando reprendió a Idoia Mendizábal Múgica, alias 'Ilargi', por poner los pies encima del banco de la sala acristalada desde la que estaba siguiendo el procedimiento. '¡Guarde la compostura, que no está usted en un bar, señora!', le dijo. Ante las protestas de la acusada, añadió: '¡Que se siente normal!'.

'TXAPOTE', ACUSADO A CIENTOS DE AÑOS DE CÁRCEL

La intervención de este miércoles ha tenido lugar contra 'Txapote', ex jefe militar de ETA y miembros del 'comando Argala', Andoni Otegi y Óscar Celerain, cuando la juez ha ignorado que los micrófonos continuaran abiertos y espetara: '¡Pobre mujer! ¡Y encima se ríen estos cabrones!', en alusión a la actitud de éstos antes las declaraciones de la víctima, la viuda de Múgica.

El único acusado que ha declarado ha sido Juan Carlos Besance, que ha señalado a preguntas de su defensa que las declaraciones autoincriminatorias que realizó ante la Guardia Civil fueron realizadas bajo 'torturas'. 'El primer día de la detención me pusieron la bolsa varias veces. Me ponían gomaespuma con un antifaz y me obligaban a hacer flexiones', ha dicho.

Los cuatro acusados se enfrentan a penas de entre 38 y 48 años de cárcel por un delito de asesinato terrorista, otro de tenencia y utilización de explosivos y un tercero de pertenencia a banda armada, por el que los tres primeros han sido ya condenados. El asesinato de José Javier Múgica, edil de UPN en Leitza (Navarra), se produjo el 14 de julio de 2001.

'Txapote' ha sido condenado a cientos de años de cárcel por los asesinatos, entre otros, de Miguel Ángel Blanco y Gregorio Ordóñez. Otegi y Celarain, por su parte, cumplen penas de 18 años de cárcel por el atentado de Marbella, 12 años y medio por estragos intentados y depósito de armas y otros ocho años en Francia por integración en banda armada y tenencia de armas y explosivos.

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